Se recomendaron lo siguientes libros:
Lidia: Deixa’t portar pels somnis. Massimo Gramellini.
Cristina: Mi corazón al desnudo. Charles Baudelaire.
Rosa: Bartleby y compañia. Enrique Vila-Matas.
Carmen: Mis páginas mejores. Julio Camba.
Rosa: El tango de la guardia vieja. Arturo Pérez-Reverte.
Raquel: Matadero 5. Kurt Vonnegut.
Toni: El libro de arena. Borges.
Yeliz: La esposa deseada. Naguib Mahfouz.
Nati: El ángel sombrío. Mika Waltari.
Miriam: Tesla. William Bernard Carlson.
Flor. Intemperie. Jesús Carrasco.
Dani: El corazón de las tinieblas. Joseph Conrad.
Sergio. Historias de Cronopios y de famas. Julio Cortázar.
Jordi: La cámara sangrienta. Ángela Carter.
Montse: Almas grises. Philippe Claudel.
Juan Pablo: Fenómenos de circo. Ana María Shua.
Lola: De qué hablo cuando hablo de escribir. Haruki Murakami.
Una nutrida asistencia que hizo que la sesión se alargara más de lo normal. Se comentaron bastantes de los libros, de la dureza de Matadero Cinco (aquí un buen artículo: Matadero Cinco: un soldado perdido en el tiempo) a las versiones sangrientas de los cuentos tradicionales. De cómo le robaron a Tesla sus ideas, y de la crudeza asfixiante de Intemperie.
Se leyeron los cuentos que debían empezar con una palabra y acabar con otra. Aquí tenemos una buena muestra: Noche y pan, otra: Iván. La consigna para la siguiente sesión es hacer una versión de un cuento popular en un género diferente, el que el azar nos repartió.
Os esperamos en la próxima sesión, el 30 de septiembre.
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