Dos recomendaciones del Reto 2009 me sirven de excusa para releer estas dos obras y de paso para comentarlas aquí. Leo mucho cómic, sobre todo desde que existe internet y si no aparecen por estas páginas reseñas de lo que leo no es por elitismo, sino por pereza. Me gustaría reseñar las series que veo, la música que me acompaña, las conferencias que escucho, y lo haría si viviera de rentas. Como no es así, me limito a los libros.
Maus tiene como subtítulo relato de un superviviente y en su mayor parte es eso, la narración por parte del padre del protagonista de como consiguió sobrevivir a un campo de concetración Nazi, así como las relaciones en la actualidad entre padre e hijo. Las dos historias parecen ser autobiográficas.
Watchmen es una historia de superhéroes poco corriente. Es un mundo igual al nuestro, con la única diferencia la presencia de héroes enmascarados que al igual que en las historietas combaten el crimen en las calles. El asesinato deuno de ellos, el comediante, será investigado por Rorschach, siguiendo una intriga policial de la que parece depender el fin del mundo.
Las dos han recibido parabienes de público y crítica, multitud de premios y han sido saludadas como innovadoras y referentes de calidad. Watchmen, incluso, estuvo entre las cien mejores novelas del siglo según Time desde 1923 hasta el presente, compartiendo puesto con Rebelión en la granja, Lolita o Al Faro
Yo siempre me he preguntado ¿es para tanto? ¿Realmente es lo mejor del medio? En mi humilde opinión personal (y esto lo digo para que no me linchen los fans) son dos novelas gráficas sobrevaloradas. La primera juega la baza de tratar un tema como el holocausto, que, como dice Antonio Jiménez Morato Basta con agitar la bandera de los seis millones –de hecho basta con decir esa cifra para que sepamos de qué se nos habla- para que todo se revista con una pátina de seriedad que lo ennoblece. Watchmen va por el camino contrario. Cogió un género que carecía de prestigio y le metió un guión de calidad. Los lectores habituales de tebeos de superhéroes se debieron quedar a cuadros.
Hay gente que piensa que los tebeos son Zipi y Zape y Mortadelo y Filemón. Otros que la Patrulla-X y Superman. Los más jóvenes, el manga. Pero dentro del tebeo, cómic, novela gráfica o como queramos llamarlo hay tanta variedad como en cualquier otra manifestación artística. Hay superhéroes y obras de autor. Hay linea clara y línea chunga. Hay tiras, historietas, novelas y series. Hay mucho malo pero también cosas muy buenas.
Yo he tenido la suerte de haber tenido a mi alcance tebeos que se salían de lo clásico. En este país hubo una edad de oro en la que se editaban muchas revistas: Totem, 1984 -luego Zona 84-, Rambla, Metal Hurlant, El Papus, El Víbora, El Cairo, Bésame mucho, Cómix internacional… En sus páginas había de todo. Ahí pude leer antes de poder hacerlo completo gracias a la reciente edición de bolsillo la obra Paracuellos de Carlos Giménez, que por cercanía me resulta más conmovedora que Maus. También ha ganado muchos premios internacionales, pero nadie la cita como obra clave.
¿Qué otras cosas se habían publicado antes que Maus y Watchmen o por esas fechas? Lauzier ya había publicado sus Cosas de la vida adelantándose a la parodia y crítica que luego harían Houllebecq, Maier o Beigbeder. Fontanarrosa ya había hecho famosos a los inolvidables Boogie, el aceitoso e Inodoro Pereyra. Jean Giraud ya se había convertido en Moebius y los humanoides asociados vendían muy bien en Francia y otros países. Hugo Pratt había escrito casi toda su obra. Milo Manara no sólo había escrito dos tomos de las aventuras de Giuseppe Bergman, sino que ya había publicado su obra más famosa, El clic (primera entrega y la mejor). ¿Seguimos? Alvar Mayor ya era viejo, Bea había escrito sobre oníricas tabernas galácticas, había nacido Peter Punk de la mano de un joven Max y el gran Pazienza fallecería en 1988.
Me dejo muchos en el tintero, pero la lista es suficiente para dejar claro que cuando Maus y Watchmen se publicaron, ya existían otras obras de igual o superior altura, originalidad y fuerza dramática. Con esto no quiero decir que sean malas. Al contrario, son dos tebeos de obligada lectura(*), un must como dicen por ahí. No quiero criticar su calidad, sino la ceguera de los medios que, quizás despreciando un medio que no conocen, se limitan a escoger a un par de estrellas mediáticas y dejan en la sombra una variedad enorme de talento.
No están mal escogidas, porque en las dos se da el raro milagro de reunir calidad y asequibilidad. Les gustará tanto al lector habitual de cómics como a quien no ha leído ninguno en su vida. Y esta es la principal virtud de Maus y Watchmen, la que ninguna crítica parece destacar. Han sabido llegar a un gran número de lectores manteniendo un excelente nivel narrativo. Han conseguido que se hable de los tebeos en medios que ni sabían que en este género existían obras de calidad.
Si no los han leído, hagan la prueba. Si ya lo han hecho, no se detengan ahí. Hay todo un mundo de maravillas por descubrir. Si es un lector de super héroes, le animo a leer cómic de autor. Y si lo suyo es el tebeo europeo le diré un secreto: en el manga y el tebeo americano también hay grandes obras.
P.D. De Moore me gusta mucho más V de Vendetta, toda una invitación al anarquismo y La liga de hombres extraordinarios, repleta de referencias. De Spiegelman, por desgracia, no he leído nada más. Sólo una página en la que una mujer hacía el amor con un perro. Bien dibujada, en blanco (la mujer) y negro (el perro). Hasta que llega el marido que es… un perro blanco. Crítica certera.
(*) Aunque se diga que obligada lectura es un horror porque ninguna lectura puede ser obligada la expresión me gusta: refleja el estado de ánimo de quien quiere compartir un hallazgo especial con la humanidad.
20 comentarios
Es la primera vez que te dejo un comentario, pero es que es la primera vez que encuentro a alguien que opine que de Moore es mucho mejor V de Vendetta (en lo que estoy totalmente de acuerdo).
Al igual que siempre me apunto las recomendaciones.
Un saludo
V de Vendetta tiene un mensaje radical: lucha con el sistema, viva la anarquía. Es un héroe atípico, capaz de hacer sufrir a la gente para que despierten. Esto sí que es original, y no el esquema de Watchmen que dentro de la ciencia ficción ya se había tratado, aunque de otras formas.
Gracias por la visita y el comentario. Espero que te gusten las recomendaciones, hay grandes obras en el cómic.
Coincido en que difícilmente una obra es totalmente novedosa u original.
Sí puede haber pasado con Watchmen que haya marcado una generación de lectores tanto estéticamente como por sus muchos niveles de lectura.( Maus no la he leído quizá me impone el tema demasiado como para verlo en cómic)
Quizá V de Vendetta sea más lineal,a pesar de ello también la prefiero como idea. En cuanto al superhéroe definitivo insertado en un mundo ‘normal’ : miracleman, una obra que me hizo aborrecer de la idea de querer tener superpoderes 😉
Para que no me acuses de seguidismo : ya me había decantado.
Saludos.
Supongo que Watchmen marcó un antes y un después en el género superheroico porque los problemas trascendían más allá de sus identidades secretas (cosa que hoy en día marca la base de los top ventas de las grandes editoriales) y llevó el oscurantismo al cómic, habituado a héroes que siempre salvaban al mundo del villano y se hacían con la princesa/heroína de turno en un entorno más colorido (y normalmente, sin introducir la crítica política en sus páginas).
De V de Vendetta lo que más sorprende es que el lector se «identifica»/»familiariza» con V, su protagonista, cuando realmente es un terrorista. Aunque a mí personalmente me tira más Watchmen.
Y de Spiegelman también he leído «Sin la sombra de las torres», una recopilación de tiras relacionadas con el ataque del 11-S que, sinceramente, después de «Maus», me decepcionó bastante, sobre todo porque es carísimo para lo que aporta.
Panta, ya había leído tu reseña. Para los dos comentar que la novedad de Watchmen está en lo que indicáis y recojo en el texto: cambiar los guiones de superhéroes dándoles una profundidad desconocida hasta entonces dentro del género. Porque fuera hacía tiempo que se trabajaba con otro tipo de material.
Pedro, esa es la gracia de ‘V de Vendetta’. Te identificas con un terrorista. En estos tiempos un cómic así sería impensable, aún dentro de la lucha contra un estado totalitario.
Por una vez, me voy a permitir estar en desacuerdo contigo. Creo que Maus es muy interesante y rebosa originalidad en la concepción, pero en el fondo está recontando la historia que ha sido ya contada muchas veces. En cambio, he visto pocas obras (no sólo en el mundo del cómic) con la profundidad conceptual, la variedad de registros, la ambición y la riqueza de Watchmen. En mi opinión, en ese sentido, está muy lejos de las referencias que das y que conozco (Paracuellos, Manara, Fontanarrosa, Giraud, Pratt, etc.) y también bastante por encima de otros trabajos del propio Moore. Me parece que V de Vendetta presenta de forma impecable a su protagonista, pero su mensaje es mucho menos complejo a la vez que unidimensional; la Liga de los Hombres es un divertimento de época plagado de referencias, From Hell es una maravilla como documento histórico, pero no pasa de ahí, etc. Para mí, Watchmen juega en otra liga y, siguiendo tu título, sí es para tanto.
Saludines
Me parece estupendo que estés en desacuerdo. Pero, pese a tu defensa apasionada, mi opinión no cambia. Cuando leí Watchmen -tendría unos veinte años- no me impresionó demasiado. El esquema detectivesco es previsible -el culpable se puede adivinar a mitad de la novela- y la resolución me pareción un tema trillado desde el punto de vista de la ciencia ficción. Con el tiempo he ido apreciándola más, sobre todo los capítulos dedicados al Dr. Manhanttan y a Rorschach. Pero me sigue preciendo que está sobrevalorada.
Como siempre, las opiniones son particulares y el defecto puede no estar en la obra sino en los ojos del lector. Por eso entiendo y respeto que a ti te parezca que Watchmen es para tanto, y tampoco creo que haya nadie que pueda decir objetivamente si alguno de los dos tiene razón.
Pero independientemente de eso mi queja creo que es bien fundada. Hoy pasaba por un quiosco y en una revista de cine estaba Watchmen de portada y la siguiente frase: El mejor cómic de la historia. Afirmación, como mínimo, discutible y desde mi punto de vista totalmente equivocada. Pero refleja el desconocimiento de los medios sobre los cómics y el encumbramiento -sin entrar si más o menos merecido- de una obra en demérito de todas las demás.
¡Ah…! Me parece muy bien esta puesta de contexto, pese a que a mí Maus me ha gustado mucho. Hay mucho de verdad en que los temas sagrados contagian de sacralidad, «maniatan a la crítica», como gusto de decir: ahí está para probarlo La Lista de Schindler y otros bodrios del estilo. También: una obra sobrevalorada tiene el efecto de subvalorar a otras contemporáneas o predecesoras. Rescates despiertos como éste son siempre bienvenidos.
Tienes razón en que el final es muy “cienciaficcionero”, aunque yo creo que su mayor valor es tratar de integrarlo en un contexto realista, por una parte, y por otra la manera tan sutil en el que el tema del alienígena actúa como motor de la historia. Creo que el esquema detectivesco no es, desde luego, uno de los grandes valores del cómic. Sí lo son, en cambio y por ejemplo: la meta-reflexión sobre el contexto superheroico, en la doble vertiente de la licitud de la justicia autonombrada y autoimpuesta y de la situación de los protagonistas en un contexto histórico y político concreto; la voluntad continua de reinventar el lenguaje de la novela gráfica, tanto en el cuidado extremo (casi paranoico) de la viñeta, del encuadre y de la estructura global, como en el cruce del esquema clásico dibujo+bocadillos con texto escrito de las más diversas procedencias y formas literarias, desde el informe policial al cuento de terror; la asunción de realidad descarnada sobre la personalidad de los protagonistas, asumido riesgo que los mantiene en el punto de mira de un lector que casi siempre los juzga con la dureza que merecen –y es muy difícil que una obra cree adicción bajo este supuesto-, antihéroes demasiado humanos llenos de vicios, defectos y bajas pasiones; o, en fin, la voluntad de densidad apelando a la inteligencia y formación del espectador -que, como bien tú dices, puede disfrutar de la obra en diferentes niveles- sin ningún tipo de concesión a la simplicidad, el maniqueísmo o la puerilidad. De esta última característica, que extendida a muchos cómics de los últimos veinte años ha dado a esta forma de expresión carta de naturaleza como manifestación artística a alto nivel, Watchmen fue pionero donde los haya, y sólo esto ya nos habla de su importancia.
Ya termino el ladrillo 🙂 Sólo remarcar, para terminar, que como bien sabemos, los apelativos absolutos (“mejor cómic de la historia”, etc.) no son más que formas de propaganda, convenciones y similares, sin mayor importancia a nivel crítico, ya que esto no es un concurso de gimnasia. Yo me quedaría, basándome en lo anterior, en que ha sido una obra que ha llevado a su forma artística a una de sus cumbres, que ha ejercido una influencia benéfica creando una corriente que a su vez ha dado lugar a otras joyas, y que en cada relectura se extrae algo nuevo de ella. Y esto ya me parece bastante, o muchísimo, según se mire.
Un abrazo
Tienes razón en que el final es muy de ciencia ficción, aunque yo creo que su mayor valor es tratar de integrarlo en un contexto realista, por una parte, y por otra la manera tan sutil en el que el tema del alienígena actúa como motor de la historia. Creo que el esquema detectivesco no es, desde luego, uno de los grandes valores del cómic. Sí lo son, en cambio y por ejemplo: la meta-reflexión sobre el contexto superheroico, en la doble vertiente de la licitud de la justicia autonombrada y autoimpuesta y de la situación de los protagonistas en un contexto histórico y político concreto; la voluntad continua de reinventar el lenguaje de la novela gráfica, tanto en el cuidado extremo (casi paranoico) de la viñeta, del encuadre y de la estructura global, como en el cruce del esquema clásico dibujo+bocadillos con texto escrito de las más diversas procedencias y formas literarias, desde el informe policial al cuento de terror; la asunción de realidad descarnada sobre la personalidad de los protagonistas, asumido riesgo que los mantiene en el punto de mira de un lector que casi siempre los juzga con la dureza que merecen –y es muy difícil que una obra cree adicción bajo este supuesto-, antihéroes demasiado humanos llenos de vicios, defectos y bajas pasiones; o, en fin, la voluntad de densidad apelando a la inteligencia y formación del espectador -que, como bien tú dices, puede disfrutar de la obra en diferentes niveles- sin ningún tipo de concesión a la simplicidad, el maniqueísmo o la puerilidad. De esta última característica, que extendida a muchos cómics de los últimos veinte años ha dado a esta forma de expresión carta de naturaleza como manifestación artística a alto nivel, Watchmen fue pionero donde los haya, y sólo esto ya nos habla de su importancia.
Ya termino el ladrillo 🙂 Sólo remarcar, para terminar, que como bien sabemos, los apelativos absolutos (“mejor cómic de la historia”, etc.) no son más que formas de propaganda, convenciones y similares, sin mayor importancia a nivel crítico, ya que esto no es un concurso de gimnasia. Yo me quedaría, basándome en lo anterior, en que ha sido una obra que ha llevado a su forma artística a una de sus cumbres, que ha ejercido una influencia benéfica creando una corriente que a su vez ha dado lugar a otras joyas, y que en cada relectura se extrae algo nuevo de ella. Y esto ya me parece bastante, o muchísimo, según se mire.
Un abrazo
Para Seikilos; recalco que a mí también me gustaron ambas obras, y nadie les niega sus valores. Nada que ver con La lista de Schindler o La vida es bella. La primera consiguió arrancarme alguna lágrima, aunque viendo la trampa -al estilo de Borges llorando con un tango que estéticamente le parece horrible. La segunda no tiene salvación.
Cluje, no sigas que me convences 🙂
Tienes razón en todo lo que dices, se podría matizar y te emplazo a que quedemos un día con unas cuantas cervezas delante -o unas botellas de buen vino- y lleguemos a una conclusión o a una borrachera, lo que suceda antes.
Creo que cuando una obra llega a un cierto estatus de clásico puede haber división de opiniones sobre en que lugar del olimpo colocarla, pero no de negar su pertenencia a este olimpo. No lo hago con Watchmen, sólo que yo colocaría otros cómics por delante.
Jaja, pues queda dicho para la próxima vez que visite Barcelona :)Cuáles son tus cómics de cabecera, por cierto?
Así, a bote pronto, no sabría decirte; en casi nada tengo autores u obras preferidas. De los que cito aquí, Pazienza, Alvar Mayor, Fontanarrosa, las aventuras de Giuseppe Bergman de Manara -junto con el click-, las cosas de la vida de Lauzier, cualquier álbum de Boucq, las oníricas historias de Josep Mª Bea, el humor de Edika, El sueño del tiburón de Schultheis, … Dentro del género me gusta mucho Hellboy, Hellblazer y Sandman. Sin olvidarnos de La patrulla condenada guionizada por Gaiman.
No es tanto por su sobrecogedora calidad sino porque son de los primeros comics que elevan este género a la consideración adulta.
Yo odio a Milo Manara, ya ves.
No estoy de acuerdo, y eso es lo que intento explicar en la entrada.
Voy a admitir de entrada -aunque se podría discutir- que sean dos comics de muy buena calidad, de los mejores del género. Lo que me parece exagerado o falso es que con estos cómics el género llegue a la madurez o, como afirmas, que lo eleven a la consideración adulta. Antes ya existían obras maduras y adultas.
Watchmen y Maus son los cómics de calidad con más fama y repercusión, pero nada más.
Ahora resultará que Milo «Tetas y culos» Manara va a ser mejor que Moore. Vamos, hombre, no jodas…
Eso ni se duda. Mucho mejor, diría.
A mí Maus me gustó muchísimo, me lo leí en muy poco tiempo y mira que lo encontré de casualidad en la revista de EL CIRCULO DE LECTORES. Pues yo creo que tampoco es para la madurez o edad adulta. Porque yo tengo trece años. Me lo leí en primero de ESO.
Me gusta tu crítica…no estoy de acuerdo con ella, pero me gusta ver otro tipo de puntos de vista.
Creo que una de las cosas que mejor que tiene Maus, es que no es sensiblera.
Eso lo hace tan genial.
Saludos!
¡Ojo! Yo también la considero una obra genial; sólo sobredimensionada.