Las acampadas continúan, la gente sigue en la calle.
Siempre nos hemos quejado de los políticos corruptos, del sistema capitalista, y de que estamos pagando una crisis que no hemos provocado nosotros ¿Por qué ahora ha saltado la chispa?
Creo que una de las razones más importantes tiene que ver con una de las consignas ‘Democracia real’. La democracia es el mejor sistema de gobierno no porque permita tener a los mejores gobernantes, sino porque permite eliminar a los peores. Incluye un mecanismo de autocorrección, de manera que si el partido en el poder no está haciendo las cosas bien, podemos votar a otro.
Pero ahora se acercan las elecciones y nos damos cuenta de que cambiando al partido en el poder por la oposición las cosas van a seguir igual. Los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, están salpicados de casos de corrupción -también en las listas-, de gestión despilfarradora e ineficaz, están al servicio de los bancos y no de los ciudadanos, etcétera, etcétera.
Tenemos que ir a votar y nos damos cuenta de que nuestro voto no va a servir para nada, de que el elemento de autocorrección que hace buena a la democracia ya no existe. Así que lo único que podemos hacer es protestar.
Soy un sensiblero, lo sé. Pero me emociona ver que no hemos perdido la capacidad de soñar, de indignarnos, y de pedir lo que es justo.
Lo acabo de leer, es de Guillermo Tell:
No, el poder del tirano tiene un límite.
Cuando el oprimido no tiene derecho a nada
cuando la carga se le hace insoportable
toma todo el coraje del cielo
e impone en la tierra sus derechos eternos.
8 comentarios
Plas, plas, plas.
Sí, ahora tiene el halo romántico de un movimiento asambleario, que me temo desaparecerá tan pronto como concreten en peticiones realistas porque no se puede contentar a todo el mundo. Un dilema digno de Voltaire, y que como ya comprobó el propio Voltaire, no puede salir bien, pero sí que puede ser para bien.
Creo que hay propuestas concretas que contentarían a todo el mundo, políticos excluídos. Por ejemplo, la presencia de imputados en las listas. Castigo por ausencias en las cortes. Reducción de las ventajas de que disfruta la clase política. Exigencias de mejor curriculum en los políticos. Las cuentas claras; administraciones transparentes. Esto por decr algo.
hombre, a ese me refería con que puede ser para bien, pero si sólo fuera eso, aún no siendo poco, sería un poco decepcionante.
¡Excelente uso de las concesivas adversativa por parte de Luis! Como debe ser, se le lee y no queda aclara si sí o si no o si qué.
xD
Yo en estos temas me tengo que contener, porque me salen las consignas y me lanzaría a la calle a quemar bancos.
Conseguir alguna de las propuestas no utópicas sería bueno, pero decepcionante si quedase en concesión. Conseguir cambiar la forma de pensar – pero sobre todo de actuar — en el largo plazo, aún renunciando a la mayoría de los puntos sería un éxito mucho mayor, y en el que yo espero que fructifique.
Sobre el resto mi opinión personal es que un modelo kantiano de sustitución de prejuicios literalmente perfecto, como todas las revoluciones.
Un enlace a propósito del tema:
http://noledigasamimadrequetrabajoenbolsa.blogspot.com/2011/05/proposito-del-15m-del-16-del-17.html
Extracto:
Finalmente me parece curioso que se critiquen las propuestas iníciales del movimiento tachándolas de simplistas y de poco estructuradas. Quiero recordar que el FMI, el Banco Mundial, el G20, el G7, la Reserva Federal de USA, el Banco Central Europeo, el Banco de España y todos los gobiernos y partidos políticos mundiales han hecho propuestas estructuradas desde hace muchos años, y además disponen de miles de duchos expertos…y todos ellos han sido incapaces de evitar o atenuar la crisis…¿Por qué será?. En particular el G20, el G7, la UE, la CE y el FMI se reúnen regularmente desde hace tres años haciendo declaraciones grandilocuentes que hacen creer que tienen la solución a la crisis, y podemos constatar que dichas declaraciones se han quedado sólo en eso, en declaraciones, por muy estructuradas que sean, sin olvidar que dichas reuniones improductivas generan un coste pagado por todos que es galácticamente superior al coste que está generando las concentraciones de los «indignados».
El que habla es un economista al que llevo escuchando desde hace tiempo en la radio y que pocas veces falla con sus predicciones, lo que es todo un mérito.