De las tres partes de estas historias de color tierra sólo la primera se encuentra en la biblioteca de la diputación. Y la vida de esta madre e hija, que regentan una especie de taberna con pensión solas, el descubrimiento de la sexualidad, la soledad de la viudedad, dejan muy buen sabor de boca. Tanto que espero que pronto puedan estar disponibles los otros dos volúmenes.
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