Ayer mi madre, que ejerce de cuenta cuentos, le preguntó a mi hija si el cuento que le había pasado su profesora le parecía bueno. Era una historia de un hombre de agua sin mucho fundamento. La crítica de mi hija fue como sigue: ‘Al principio empieza como muchos otros cuentos de un monstruo al que nadie quiere. Que ya está muy visto, pero bueno, otro cuento más típico. Pero el final no tiene sentido’.
Parecido me he sentido yo leyendo este cómic. Una pandilla de superhéroes que recuerdan a otros -no se ocultan las referencias- atrapados tras una lucha en un pueblo perdido. Se centra en la vida cotidiana y conflictos internos ¿Les suena? A mí demasiado.
Creo que para revitalizar un género no basta con poner algún que otro conflicto y a correr. Pero debo ser el único, porque ha gustado mucho. Yo no digo que esté mal, sólo que es otro cuento típico. Y ya hay muchos.
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