Planeta, 2011, 224 páginas.
Tit. or. World history 50 key milestones you really need to know. Trad. Francisco G. Lorenzana.
La historia del mundo a través de 50 de sus hitos. Centrado en la historia occidental, con algunas pinceladas de oriente y culturas americanas. Uno de estos libros que va muy bien para picotear, como divulgación muy básica, que incluye entradillas laterales, resúmenes y todo lo que puede necesitar un escolar para escribir un par de párrafos de deberes, pero que para un lector medio (y no digamos avanzado) sabe a poco,
Ligerito.
Iba a ser un negocio sangriento, marcado por el fanatismo inmise-ricorde por todas partes, que se iba complicando cada vez más por ¡a política secular y la realpolitik internacional. El conflicto entre protestantes y católicos culminó en la sangría horrorosa que fue la guerra de los Treinta Años, que devastó la mayor parte de Europa central. Al final de la guerra, la lucha ya no era tanto entre protestantes y católicos, como entre el poder (católico) en ascenso de Francia y el poder (católico) en decadencia de los Habsburgo, gobernantes de España, Austria y el sacro imperio romano germánico, que entonces incluía a Alemania.
Renovación católica La rápida extensión por toda Europa de las ideas reformistas de Lutero y Calvino amenazó la misma existencia de la Iglesia católica. Mientras que del lado del papa el emperador Carlos V combatió a los príncipes protestantes alemanes, la Iglesia se dio cuenta de lo lejos que se encontraba de su ideal e intentó renovarse. El agente principal de la reforma dentro de la Iglesia católica fue el concilio de Trento, una asamblea que se reunió en tres sesiones entre 1541 y 1563 en la ciudad de Trento en el norte de Italia, convenientemente cerca de la frontera lingüística entre la Europa de habla italiana y la de lengua alemana. El concilio publicó numerosos decretos sobre doctrina y práctica, y estableció medidas para asegurar que todos los sacerdotes recibieran una educación adecuada, por no mencionar el celibato. Se estableció un control más firme sobre las órdenes religiosas exis-
tentes, cuya decadencia moral había ofrecido muchos argumentos a los reformadores. Se crearon una serie de órdenes nuevas, tanto seculares como monásticas.
La más notables de las órdenes nuevas fue la Compañía de Jesús, cuyos miembros, los jesuítas, juraban un voto especial de obediencia al papa. Esta orden muy disciplinada y efectiva fue fundada en 1534 por el antiguo soldado español, Ignacio de Loyola. Su tarea, según palabras de Loyola, era «combatir por Dios bajo la enseña de la cruz» y «hacer crecer las almas en la vida y la doctrina cristianas, y propagar la fe mediante el ministerio de la palabra, los ejercicios espirituales, las obras de caridad y expresamente mediante la educación de los niños y las personas iletradas en los principios cristianos». La Compañía de Jesús se convirtió en una de las instituciones más poderosas de la Europa católica, y fue la principal orden misionera por todo el mundo.
En 1542 la Santa Sede estableció su Santo Oficio: la Suprema y Sagrada Congregación de la Inquisición Romana y Universal, que tenía la responsabilidad de imponer la doctrina católica, y disponía de poderes inquisitoriales sobre todos los países católicos. En algunos ya existía una Inquisición permanente, y en otros se introdujo ahora. La Inquisición española había estado activa desde 1478 contra los conversos judíos sospechosos de judaizar, y con la Reforma trabajó para erradicar el protestantismo en los reinos hispanos y América.
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