Sans Soleil, 2017. 250 páginas.
Llego a este libro por error, puesto que buscaba la edición de la misma editorial de las 36 vistas del monte Fuji y me alegro enormemente del error. Ha sido una delicia de principio a fin. Excelentemente editado, con un prólogo de David Almazán incluye un pequeño texto para cada una de las ilustraciones que nos pone en contextos y nos da pistas interpretativas.
Estas ilustraciones se publicaban como litografías y sus autores no tenían mucho prestigio. En palabras de David, destacar a Hokusai como el mejor artista de su tiempo sería parecido a decir que Francisco Ibáñez es el mejor pintor español del siglo XX.
Pero ¡Qué talento! Cada una de las estampas cuenta una historia, es dinámica, de trazos breves y suficientes, con encuadres originales y nunca aburridos, llenas de detalles en los que perderse. No es de extrañar que tuviera tanta influencia en los pintores occidentales a través de la moda del japonismo. Algunas de las ilustraciones te atrapan en una red de la que no pueden escapar los ojos. Si buscan por internet encontrarán imágenes de lo que digo, pero ninguna con tanta calidad como las reproducciones de este libro.
Buenísimo.
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