Alianza Editorial, 1987, 1989. 197 páginas.
Tit. Or. Trad. Alicia Bleiberg.
La cara de Dios
Lo había leído hace mucho, mucho tiempo, y esta reseña: El hombre que fue jueves y su crítica negativa me hicieron volver a leerla. No porque mis recuerdos fueran mucho mejores, pero Chesterton es Chesterton.
El resumen en la wikipedia: El hombre que fue jueves. Gabriel Symes, policía filosófico, forma parte por casualidad del consejo anarquista más poderoso del mundo.
No era la obra que más me gustaba de Chesterton, y sigue sin serlo. Que la alegoría sea cristiana, y que esté en desacuerdo con muchas de las ideas que se exponen (y no es la menor la caricatura del anarquismo) no ayuda. En su momento me pareció simple el truco de la trama, que no desvelaré, aunque ahora no soy tan tiquismiquis.
Pero….
Es Chesterton. Le conozco bien, incluyendo sus excesos y sus defectos. No es mi obra preferida, pero no puede no gustarme.
Otra reseña aquí: El hombre que fue jueves. Como curiosidad lo he leído alternando la versión electrónica, que llevaba en el móvil y que leía cuando tenía alguna espera y no llevaba libro encima, y la versión en papel.
Calificación: Bueno.
Un día, un libro (107/365)
Extracto:
—¿Qué quiere usted decir? —preguntó Syme— No es posible que dominen la tierra hasta ese punto. Hay muchos obreros que no son anarquistas y, cuando todos lo fueran, las multitudes desorganizadas no pueden hacer frente a los modernos ejércitos de la policía.
—¡Multitudes desorganizadas! —repitió el nuevo aliado—. Habla usted de multitudes y de la clase obrera como si de eso se tratara. Participa usted por lo visto de esa estúpida teoría que pone en las clases pobres el origen del anarquismo. ¿Por qué ha de ser así? Los pobres han sido rebeldes, pero nunca anarquistas. Están más que nadie interesados en mantener un gobierno honrado. El pobre tiene profundas raíces en su tierra. El rico no: puede un buen día tomar el yate y marcharse hacia la nueva Guinea. El pobre ha protestado a veces contra el mal gobierno; pero el rico ha protestado contra todo gobierno. Los aristócratas fueron siempre anarquistas: vea usted el caso de las guerras feudales.
—Sí, no está mal como conferencia la historia patria para los niños —dijo Syme—; pero aún no veo la aplicación.
—La aplicación es —dijo el otro— que la mayoría de los auxiliares del Domingo son millonarios sudafricanos y americanos. Por eso se ha apoderado de todas las comunicaciones. Por eso los últimos cuatro campeones de la policía antianarquista andan huyendo como conejos, por el bosque.
—Entiendo lo de los millonarios, que siempre han sido unos locos —dijo Syme, reflexivo—. Pero una cosa es apoderarse de unos cuantos viejos maniáticos y depravados, y otra es apoderarse de las grandes naciones cristianas. Yo apuesto mis narices (perdone usted la alusión), a que Domingo no tiene poder alguno para convertir a cualquier persona cuerda y normal.
—Todo depende de la persona.
4 comentarios
Gracias por la mención. Aún no le he dado otra oportunidad a Chesterton, ¿alguna sugerencia para que se me pase el mal rato?
A mi me encantó El hombre que fue jueves.
A mí también me gustó mucho. Sunday es inolvidable.
@cities, de nada. Lee alguno del padre Brown, los más conocidos. Aunque mi preferido es El poeta y los lunáticos
Magda, Seikilos, a mí también me gustó, aunque menos que otras obras del autor.