Otro ensayo de Chesterton, donde ya me voy acostumbrando a encontrarme una de cal y otra de arena; artículos con los que comulgo y otros que hacen que se me pongan los pelos de punta de las neuronas como escarpias.
En este caso tres han sido las dificultades. Primera, una edición electrónica horrible y mal maquetada, rescatada de los primeros tiempos. Ignoraba que existía otra versión más nueva de Acantilado porque me empeñaba en buscarla como ‘Pequeña..’ y ahora está traducida como ‘Breve…’. La tenía disponible en la biblioteca y no la supe ver.
La segunda es que si no conoces previamente la historia de Inglaterra no te vas a enterar de la mitad… como me ha pasado a mí. Culpa mía y de mi ignorancia, igual en la otra versión orientan mejor a los gañanes como yo.
Por último como en otras ocasiones no estoy muy de acuerdo con el autor, y aunque coincido en que la edad media no es tan oscura como la pintan tampoco fue un vergel idílico de donde proviene la actual democracia y los sindicatos de los trabajadores. Pero aquí habría mucho que discutir y como antes mi ignorancia tampoco me dejaría decir cosas muy inteligentes.
Por la red en general ha gustado mucho: Breve historia de Inglaterra de Chesterton , Breve historia de Inglaterra y Breve Historia de Inglaterra, G. K. Chesterton. Esta última tiene abundantes extractos.
Extracto:
“Un gremio era, a grandes rasgos, una especie de sindicato en el que cada cual era su propio patrón. Es decir, nadie podía trabajar en ningún oficio sin antes ingresar en la liga y aceptar las leyes del mismo; pero uno trabajaba en su propia tienda y con sus propios utensilios y se quedaba con todos los beneficios”.
“Una característica fundamental del capitalismo es que el dueño de un barco no tiene por qué saber distinguir la proa de la popa, igual que un terrateniente no necesita pisar el campo. […] El mayor rango en el sistema de gremios era el maestro, lo que implicaba maestría en el oficio”.
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