Historias de la niñez de Martín Mostaza, centrándose como siempre en lo cotidiano, momentos tiernos sin gran trascendencia pero muy bien contados.
Fermín Solís tiene mucho talento para contar historias, y estas nos traen el recuerdo de nuestra infancia, más libre y salvaje que la de ahora.
Muy recomendable. Otra reseña: El año que vimos nevar
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