Institut del teatre, 2001. Biblioteca teatral. 85 páginas.
7 personajes. 4 hombres y 3 mujeres.
Surrealismo coherente
Perdón por los retrasos, pero sigo de obras. Aunque hoy, por fin, he trasladado del todo mi bilioteca de sitio. He aprovechado para hacer limpieza y tirar algunos libros pero no, no se lleven las manos a la cabeza, eran unos libros de la antigua colección científica Salvat que estaban medio quemados, supervivientes del incendio que sufrió mi primera biblioteca. Los conservaba un poco por nostalgia y otro poco por hacer bulto, pero sabía que tarde o temprano tendría que tirarlos. También he aprovechado para meter en un trastero aquellos títulos que no se sabe muy bien como han llegado hasta ti. El resultado es que ahora los libros restantes tienen más espacio para respirar.
Pero vamos al tema. David Plana se hizo un nombre con la obra ‘Mala Sang’, y en el momento de la edición de esta obra (2001) estaba a punto de estrenarse la obra que nos ocupa ‘La dona incompleta’, en la sala Beckett, por Sergi Belbel (y sobre este autor irá el próximo post, sobre Elsa Schneider). La sala donde se estrenó ya nos dice algo sobre el estilo del autor. Un teatro vanguardista, de texto, interesante pero sin excesos ininteligibles, en la onda del antedicho Belbel o Sánchez Sinisterra.
La obra tiene dos protagonistas; Joan, un mentiroso compulsivo con deudas de juego, y la mujer incompleta, una secretaria de banco con una pierna ortopédica. Joan intentará en la primera parte conseguir el dinero necesario para pagar a un mafioso que le ha amenazado con matarle. Pero ni los sablazos a los amigos, ni la petición de un crédito al banco, ni un intento de robo, servirán para nada. Al proceder al embargo, la secretaria y mujer incompleta cogerá el protagonismo de la obra, mientras esta se desliza en un suave tono onírico que tendrá su explicación en el desenlace final (que, por supuesto, no voy a revelar).
Un autor de calidad, que deja ganas de repetir. Un texto que no está a la altura de los primeros de los autores que he mencionado, pero que poco le falta. Altamente recomendable.
(Un día, un libro 120/365)
Escuchando: ‘Tío Pedrito’. Macaco
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