Ediciones B, 2007. 329 páginas.
Tit. Or. Queest of three worlds. Trad. Carlos Gardini.
Dentro de la publicación de las obras completas de Cordwainer Smith por parte de Nova el cuarto y último volumen es básicamente la novela En busca de tres mundos, ya reseñada en este Cuchitril (si quieren leerla sólo tienen que seguir el enlace). Lo he comprado por tener completa la colección y porque se incluyen una serie de relatos que no encajaban dentro del mundo de la instrumentalidad. Son lo siguientes:
La guerra número 81-Q
En el futuro las guerras se realizan en un espacio alquilado y por medio de aeronaves de control remoto.
La ciencia occidental es tan maravillosa
En un cerro de china hay un marciano condenado a ser la 1.387.229a encarnación subalterna oriental de un Lohan, y está deseando estudiar ingeniería y afiliarse al partido comunista.
Nancy
Las presiones de la soledad del espacio son tan fuertes que para evitar caer en la locura a los astronautas les implantan un chip con un curioso virus. Si no resisten pueden activarlo y conocer a Nancy.
La flauta de Bodidharma
Un orfebre fabricó una flauta que sonaba en unas frecuencias especiales capaces de trastornar a quien las escuchan. Esa flauta la tuvo Bodidharma (Buda).
Angerhelm
Los rusos han captado una curiosa transmisión que les está volviendo locos. Todo el entramado de espionaje y contraespionaje se movilizará para saber que significa y que mensaje transmite.
Los buenos amigos
Un viajero espacial está enfermo ¿Cuándo podrá ver a sus compañeros de viaje? ¿Se encuentran bien?
Los mejores La ciencia occidental es tan maravillosa -extracto al final- y Angerhelm, con la descripción de los movimientos diplomáticos entre las dos superpotencias. Del último relato debió sacar el padre de Julio Iglesias su peculiar muletilla:
Raro raro raro. Es raro raro raro pensar sin cerebro. Pensar sin cerebro es como un truco pero no es un truco. Hablar cuesta aún más, pero se puede hacer.
La novela no está mal y el genio de Cordwainer Smith brillaba mejor en los relatos, así que el libro, en conjunto, está bastante bien. Están a cinco euros en bolsillo, así que por veinte euros pueden hacerse con toda la obra completa. También pueden descargarlo en los siguientes enlaces:
Smith, Cordwainer – Los Señores de la Instrumentalidad I – Piensa azul, cuenta hasta dos.pdf
Smith, Cordwainer – Los Señores de la Instrumentalidad II – La Dama muerta de Clown Town.pdf
Smith, Cordwainer – Los Señores de la Instrumentalidad III – Norstrilia.pdf
Smith, Cordwainer – Los Señores de la Instrumentalidad IV – En busca de tres mundos.pdf
(Te hará falta el programa EMule)
Escuchando: Romanza de Duquesa. Francisco Asenjo Barbieri.
Extracto:[-]
Kungsun había tomado una decisión. Era comunista, pero también era chino: un chino aristócrata y un hombre versado en las tradiciones de su país. Kungsun usó una forma cortésmente arcaica del dialecto cortesano de Pequín cuando dijo, en tono mucho más amable:
—Honorable y estimado demonio, es inútil que intentes afiliarte al Partido Comunista. Admito que es muy patriótico de tu parte, como demonio chino, tratar de unirte al grupo progresista que lidera al pueblo chino en su incesante lucha contra los perversos imperialistas norteamericanos. Aunque me convencieras a mí, creo que no lograrías persuadir a las autoridades del Partido. Lo único que puedes hacer en el nuevo mundo comunista de la Nueva China es convertirte en un refugiado contrarrevolucionario y emigrar a territorio capitalista.
El marciano pareció huraño y afligido. Los miró con expresión taciturna mientras sorbía el vino. A sus espaldas, Li roncaba durmiendo contra una rueda del camión.
—Entiendo, joven, que comienzas a creer en mí —dijo persuasivamente el marciano—. Ni siquiera tienes que admitir mi existencia. Sólo creer un poquito en mí. Me alegra ver que tú, secretario Kungsun, estás dispuesto a mostrarte educado. No soy un demonio chino, pues en un principio era un marciano a quien eligieron para formar parte de la Asamblea Inferior de la Concordia, pero que por culpa de un comentario inoportuno debe continuar viviendo como la 1.387.229a encarnación subalterna oriental de un Lohan durante trescientas mil primaveras y otoños antes de regresar. Supongo que andaré por aquí mucho tiempo. Por otra parte, me gustaría estudiar ingeniería, y creo que sería mucho mejor ser miembro del Partido Comunista que ir a un lugar extraño.
Farrer tuvo una inspiración.
—Tengo una idea —le dijo al marciano—. Pero antes de que la cuente, ¿podrías hacer desaparecer estos malditos camiones y llevarte la zakowka? Se me hace agua la boca pero, lamento decirlo, no puedo aceptar tu hospitalidad.
El marciano agitó la mano para complacerlo. Los camiones y las mesas desaparecieron. Li, que estaba apoyado en un camión, se desplomó en la hierba. Masculló algo en sueños y siguió roncando. El marciano se volvió hacia sus huéspedes.
Farrer retomó el hilo de sus pensamientos: —Dejando de lado la cuestión de si existes o no, te aseguro que conozco el Partido Comunista Ruso y que mi colega, el camarada Kungsun, conoce el Partido Comunista Chino. Los partidos comunistas son algo maravilloso. Conducen a las masas en su lucha contra los malvados norteamericanos. ¿Comprendes que si no continuáramos la lucha revolucionaria, todos tendríamos que beber Coca-Cola cada día?
—¿Qué es Coca-Cola? —preguntó el demonio.
—No sé —respondió Farrer. —Entonces, ¿por qué tienes miedo de bebería? —Eso carece de importancia. He oído decir que los capitalistas obligan a todo el mundo a bebería. El Partido Comunista no puede perder el tiempo formando secretariados sobrenaturales. Si tuviéramos un secretario demoníaco, echaríamos a perder nuestras campañas antirreligiosas. Te aseguro que el Partido Comunista Ruso no lo tolerará, y nuestro amigo te asegurará que no hay lugar para ti en el Partido Comunista Chino. Queremos que seas feliz. Pareces ser un demonio muy amistoso. ¿Por qué no te vas? Los capitalistas te recibirán bien. Son muy reaccionarios y muy religiosos. Incluso podrías encontrar gente que creyera en ti.
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