Así se llama al comienzo de las fiestas: Chupinazo. No sólo en San Fermín, también en las fiestas de San Mateo de Logroño. La Rioja es una tierra de buen vino ¿se imaginan como son sus fiestas?
Pero en este mundo globalizado incluso en las tradiciones más antiguas se han infiltrado los ecos del siglo XXI. Las camisetas con lemas ya eran moneda corriente en estas fiestas, habitualemente haciendo publicidad de una peña o chamizo. Ahora podemos encontrar incluso líneas de código:
Con los números en binario (aunque les falta el 4):
También se pueden encontrar a supervivientes del departamento enológico de la Iniciativa Dharma:
E incluso podemos comprobar que el Punk no ha muerto:
La celebración empieza a las 12 del mediodía, y a las cuatro de la tarde ya está todo el mundo en condiciones etílicas lamentables. Pero si Dios en su infinita sabiduría no ha sumergido en fuego a esta gomorra moderna será porque no quiere quedarse sin buen vino para celebrar la misa.
No todo es vicio. Aquí les dejo a unas pequeñuelas ataviadas con el traje típico riojano:
Hace más de veinte años que me fui de mi tierra; no tengo ganas de volver, pero la echo de menos.
4 comentarios
No me extraña que la eches de menos, esa calle del Laurel con todas esas tapitas,ummmm
qué ricas!!!
Sí, esa calle no tiene igual en el mundo.
Basta de ir «perdido» por la parrilla de programación. Hay que mirar con esperanza hacia delante (aquí véase flashforward).
PD. La sección gay reivindicativa de los punks no tiene demasiados miembros, pero garantizamos un futuro prometedor.
De momento Flashforward no es ni la sombra de perdidos 🙂