Christian Jarrett. Grandes mitos del cerebro.

mayo 4, 2021

Christian Jarrett, Grandes mitos del cerebro
Buridán, 2015. 380 páginas.
Tit. or. Great miths of the brain. Trad. Josep Sarret Grau.

El autor analiza algunos de los mitos más extendidos acerca del cerebro y los desmonta apoyado en multitud de artículos y estudios. Los ha agrupado en diferentes secciones y nos encontramos con viejos conocidos que ya están medio muertos y con otros que siguen dando guerra.

Ni los sentimientos se esconden en el corazón como pensaban los antiguos ni la lobotomía cura enfermedades mentales. Debería estar claro que utilizamos más del 10% del cerebro (un mito totalmente infundado que se resiste a morir) pero más aposentada está la idea de que el hemisferio derecho es más creativo. No es así.

He descubierto cosas muy interesantes. Como que Gage, un obrero que sufrió un accidente con una barra de hierro, no cambió su carácter tanto como lo pinta la leyenda. O que el desequilibrio químico no causa las enfermedades mentales.

Un excelente libro de divulgación para aprender más sobre nuestro cerebro con datos contrastados.

Recomendable.


Según el punto de vista del científico e historiador Charles Gross, aun que el término concreto «célula de la abuela» puede remontarse al relato de Lettvin, la idea general de que las células representan conceptos concreto’, tiene unos orígenes más antiguos. Gross cita las «células gnósticas» propues tas por el neurofisiólogo polaco Jerzy Konorski en 1967 (células individúale’ que responden a unas experiencias perceptivas definidas, y las células del córtex temporal inferior de los monos que el propio Gross descubrió con sin colegas, y que parecían responder selectivamente a la visión de manos y caras. Un poco antes, en 1953, el neurocientífico británico Horace Barlow había descrito unas células altamente selectivas en la retina de las ranas a las que bautizó como «detectores de insectos».
¿Existen realmente?
Lo más cerca que han estado los investigadores de descubrir una célula de la abuela ha sido mediante la obra de Rodrigo Quian Quiroga, actualmente en la Universidad de Leicester, en el Reino Unido. Quiroga y sus colega’, han utilizado electrodos para estimular y obtener información de células in dividuales de la región del lóbulo temporal medial (LTM) de unos paciente que se habían sometido a neurocirugía exploratoria. Este trabajo ha llevado al descubrimiento de lo que Quiroga llama «células concepto», que exhiben un patrón de respuestas extraordinariamente concreto.
En un estudio publicado el año 2005,30 por ejemplo, se descubrió una neurona en el hipocampo anterior derecho (en el lóbulo temporal) de un p.i ciente que respondía exclusivamente a imágenes de Halle Berry, aunque en ellas apareciese disfrazada de catwoman. Fotografías de otras personas con ese mismo disfraz no activaban la neurona, que sí en cambio se activaba al
oír las palabras «Halle Berry», sugiriendo fuertemente que la célula es sensible al concepto de Halle Berry, independientemente de la forma en que este concepto llegue al cerebro. Otra célula adyacente respondía a la visión de la Madre Teresa de Calcuta, pero no a Halle Berry. Los investigadores creen que las células concepto están organizadas no-topográficamente -es decir, que células que representan conceptos similares no están situadas unas cerca de otras-, que según ellos es la disposición óptima para el rápido aprendizaje de nuevas asociaciones.
Más indicios de que estas células realmente son sensibles a determinadas ideas los aportó un paciente que confundía las fotografías de la característica Opera House de Sídney con las fotografías del templo Bahai de la India. De manera consistente con esa confusión subjetiva, los investigadores identificaron una célula en su lóbulo temporal medial que respondía selectivamente a estos dos edificios, como si los dos estuviesen representados por un mismo concepto en su cerebro. La misma línea de investigación ha mostrado lo rápidamente que las neuronas pueden responder a conceptos concretos. Quiroga observó a unos pacientes con una neurona que respondía a fotografías del propio Quiroga o de uno de sus colegas, aunque los pacientes solo conocían a Quiroga y a su equipo desde hacía un par de días.
En otra intrigante investigación publicada en 2010,31 el grupo de Quiroga mostró que las células concepto se activaban no solo con la presentación del nombre o de la foto de personas famosas, sino también pensando en estas personas. De hecho, los pensamientos deliberados de los pacientes podían cancelar determinados estímulos. En una ocasión, una célula sensible a Josh Brolin se activaba más cuando un paciente concentraba sus pensamientos en ese actor aunque estuviese contemplando una imagen híbrida formada con un 70 por ciento de Marilyn Monroe y solo un 30 por ciento de Josh Brolin. Y otra cosa aún más asombrosa: en un trabajo publicado en 2009, el laboratorio de Quiroga pudo decir con una precisión impresionante qué fotografía estaba mirando un paciente simplemente observando los niveles de actividad de las células-concepto relevantes.32
¿Es la neurona Halle Berry un ejemplo de la célula de la abuela? No según la definición estricta de una «célula de la abuela», la idea según la cual hay una sola neurona que responde a un concepto y solo a un concepto. Para empezar, el equipo de Quiroga solo puso a prueba los efectos de un pequeño subconjunto de fotografías y solo exploraron una muestra relativamente pequeña de neuronas. Esto significa que no pueden saber que no hay otros estímulos a los que podría responder la neurona «Halle Berry»; tampoco no pueden saber que no hay otro tipo de células que al ser estimuladas respondan a Halle Berry, etcétera.

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