A pesar del éxito de nuestras teorías acerca del universo resulta que tenemos dos grandes misterios para los que no tenemos ni siquiera una pista por donde tirar. La materia que conocemos -y conocemos bien- es apenas el 5% del universo. El resto se divide en materia oscura (27%) y energía oscura (68%).
En este libro se nos habla de la primera, explicando en primer lugar las pruebas que tenemos de su existencia. Para empezar el tirón gravitatorio de las galaxias es mayor de la materia que contienen. Pero esto podría venir de que nuestra teoría de la gravedad fuera incorrecta a grandes distancias. Otro tipo de pruebas que se describen aquí -y que por fin he entendido- dan apoyo adicional a la materia oscura.
Una vez establecido que esa materia existe tenemos que averiguar qué es, y no lo tenemos nada fácil. Pero sí que se puede hacer un retrato robot de las propiedades que tiene que tener, y eso los físicos lo tienen claro. Se nos ofrecen algunos de los candidatos (WIMPS, axiones) y se describen los experimentos que podrían, alguna vez, detectar esta esquiva materia.
Para acabar se nos explica un poco el por qué existe esa energía oscura, de la que todavía sabemos menos que de la materia, pero sobre la que existen algunas hipótesis. Para resumir; un panorama muy completo del estado de la cuestión, explicado con claridad pero con rigor.
Muy interesante.
En el capítulo anterior dejamos el universo en el momento de la recombinación, cuando se formaron los primeros átomos. Vimos que en ese instante el universo era casi perfectamente homogéneo, excepto por pequeñas variaciones de densidad, originadas por las ondas sonoras que fluctuaban en el espacio primitivo, y que fueron registradas en el mapa de temperaturas de la radiación de fondo (imagen de las págs. 78-79). ¿Qué ha pasado desde entonces?
Después de la recombinación, aquellas tenues inhomogeneidades siguieron evolucionando. Lo que sucedió es que las zonas del espacio que tenían más densidad atrajeron hacia ellas, por atracción gravitatoria, la materia de su entorno próximo. De este modo, estas zonas se hicieron cada vez más densas, proceso que continuó durante los 13 800 millones de años transcurridos desde entonces. El resultado final es el universo actual. ¿Y qué aspecto ofrece nuestro universo? Las galaxias se distribuyen por el cosmos de una manera bastante heterogénea, con zonas de grandes acumulaciones entremezcladas con otras vacías (esto puede apreciarse en la imagen de la página contigua).
Hemos visto que la textura del universo en la época de la recombinación (la registrada en el mapa de temperaturas de la radiación de fondo) ha podido ser entendida, e incluso predicha, a partir de la teoría del Big Bang, lo que ha supuesto un gran éxito para la teoría, además de proporcionar información valiosa sobre el universo. De un modo parecido, podemos preguntamos si es posible entender la textura actual del universo de forma teórica. En concreto, los astrofísicos se plantearon la tarea de entender teóricamente la evolución de las inhomogeneidades primitivas desde la época de la recombinación hasta nuestros días.
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