Verónica Nieto. Psicojuego.

mayo 23, 2024

Verónica NIeto, Psicojuego
Malpasoycia, 2023. 174 páginas.

Un juego que se funde con las profundidades de tu psique tiene un innegable atractivo, pero cuando una jugadora muere durante una sesión del mismo saltan todas las alarmas. Asistimos a una serie de testimonios sobre una investigación de lo ocurrido.

La idea de un entorno de realidad virtual que mezcla tus miedos y deseos más ocultos con algoritmos de mezcla y gamificación da pie a la autora a escribir escenas bastante crudas y sugerentes. La idea es interesante aunque en mi humilde opinión al final la mezcla de tramas se me hizo algo barroca.

Una lectura diferente que explora lo que puede venir en un futuro cercano.

Bueno.

Sin embargo, el psicojuego permite escenas de ese tipo. No solo las permite, sino que muchas veces las sugiere con las opciones del menú. Al parecer ella era capaz de observar esas escenas en la cabaña de la impresora e intentaba denunciarlas, porque así se educa sexualmente a las personas. La sexualidad es mucho más mental de lo que se cree. Si una persona crece con ese paradigma sexual, es incapaz de entender la sexualidad de otro modo. Como policía quería ayudarla, no cabe duda. Pero no solo por ella, sino porque me opongo a que se acallen otros modelos de sexualidad que no humillen a las personas. Fíjese, hay un discurso de una actriz porno que puede descargarse en el museo de la vida cotidiana. Ella viene a decir que si nadie hubiera mostrado a los hombres vertiendo su semen en la cara de las mujeres, nadie tendría realmente ganas de hacerlo, o al menos jamás se habría convertido en una práctica habitual y deseable. Si nadie hubiese mostrado a una sola mujer teniendo sexo con una equipo entero de fútbol, a nadie se le hubiera ocurrido violar en grupo a una muchacha por diversión. Usted sabe que se trata de una práctica tanto virtual como presencial cada vez más frecuente, incluso con el consentimiento de la chica, porque muchas chicas también creen que eso es la sexualidad. Lo aprendieron así, y ni siquiera se plantean que antes de que la pornografía nos acostumbrara a eso, se consideraban prácticas intimidantes y violentas que solo sucedían en tiempos de guerra. Todo ese material accesible de forma gratuita, aunque se trate en principio de ficción, termina por convertirse en una práctica real. Termina por normalizarse. Como si no supieran distinguir entre ficción y realidad, como si las confundieran. Como si todos fuéramos Quijotes. Sabe quién era el Quijote, ¿verdad?
Interrogador: Creo que sí.
Amante: El Quijote estaba loco precisamente porque no sabía distinguir entre ficción y realidad. El leía muchas novelas y pensaba que le hablaban de cosas reales y entonces salió al mundo y actuó imitando lo que había leído. Todo eso hacía reír a la gente, por supuesto. Pero hoy en día a nadie le parece absurdo o risible
confundir las prácticas sexuales que nos enseña la pornografía con la sexualidad real, a nadie le arranca carcajadas. Se toman al pie de la letra. Entiende por dónde voy, ¿verdad?
Interrogador: Creo que sí, pero continúe, por favor.
Amante: En fin, ya sabemos que hasta las emociones que algunos llaman «primitivas», como las relacionadas con la sexualidad, no son más que hábitos aprendidos a lo largo del tiempo. La sexualidad está atravesada por la cultura. Por eso es fundamental en la constitución de las personas. No es cualquier cosa. Y precisamente por eso ella se puso a desactivar las opciones de ese tipo que el psicojuego desplegaba en el menú. Porque cuando se trata de sexo la gente confunde ficción y realidad y termina por practicar esa sexualidad humillante en la vida real.
Interrogador: ¿Usted está afirmando que el psicojuego sugiere esas tendencias?
Amante: Mire, sé que es difícil determinar qué ha de censurarse y qué no. No estoy diciendo que se coarte la imaginación ni la violencia, ni tampoco lo siniestro, siempre que se limite al escenario de la realidad virtual. Pero creo fervientemente que la erótica del poder ha de tener un límite. No sé si me explico. Lo que quiero decir es que también se han de ofrecer modelos respetuosos y en lo posible volverlos deseables. Podemos hablar ahora del asunto de lo prohibido y de cómo todo lo prohibido se transforma en algo deseable. Y también es deseable lo que resulta difícil de conseguir, y ahí es donde entra la erótica del poder. Sé que lo que voy a decirle parece un poco rebuscado, pero tal vez habría que convertir lo respetuoso en algo muy difícil de conseguir.
Interrogador: Más que rebuscado, me parece naif.

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