Comentamos hace unos días que dentro de la programación del festival Grec ha podido verse la obra 2666, un montaje de Álex Rigola basado en la novela de Roberto Bolaño. Pues Marcos Ordóñez, crítico teatral de El País y de quien tengo una reseña pendiente, ya ha echo la crónica. Cinco horas de teatro en las que pueden temer por su culo pero su atención permanecerá inalterada, sin sombra de tedio. Un montaje en el que parece que hay aquí un infinito respeto hacia la palabra y la imaginación de Bolaño. En noviembre volverá a presentarse en Barcelona. Mientras tanto, pueden ponerse los dientes largos leyendo Cinco horas con Bolaño.
6 comentarios
Ex profeso me desplacé a Barcelona para ver esta versión de 2666. Cualquier calificativo sería insuficiente para definir la labor, ya no de Rigola o Ley, sino del conjunto de actores, escenógrafos y un largo etcétera. La versión presentada en Teatre Lliure aúna la reflexión, el verbo, de Bolaño y la imaginería y tensión propias del director y el dramaturgo. La labor de los actores, la puesta en escena, dan al texto un relieve descomunal, compuesto de cinco partes, cada cuál con un lenguaje y propuesta propias. En suma una ocasión única. Espero tener ocasión de verla nuevamente ya sea en Barcelona o en Canarias, donde será representada respectivamente del 8 al 25 de noviembre y del 7 al 9 de marzo de 2008. Información esta que figura en la página del teatro, http://www.teatrelliure.com. Un placer en resumidas cuentas.
Gracias por aportar tu crónica. Estoy deseando que llegue ya noviembre.
un bodrio de espectaculo. un invento postmoderno tan vacuo como falto de talento. lo unico que brilla es el verbo de bolaño. mejor lean la novela. rigola es el nuevo bluf ( dinero+carestia de genio) del teatro de vanguardia. si Fabia levantara la cabeza….
Bueno, para gustos lo colores. Yo encuentro que es una adaptación muy bien hecha.
Para mi no es el mejor Rigola, me gustaron mucho mas su Titus Andronic de Shakespeare y su Santa Joana dels Escorxadors de Bertol Brecht, pero también defiendo 2666, aunque no todas sus partes tengan el mismo nivel.
Es lo único que he visto de Rigola, pero me gustó mucho. Primero por como salvan el escollo de trasladar una novela de este calibre al teatro. Segundo por los aciertos del montaje.