Institut del teatre, 1980, 2000. Biblioteca teatral. 154 páginas.
Tit. Or. All’s well that ends well. Trad. Josep M. de Sagarra.
15 personajes. 8 hombres y 6 mujeres.
Otra obra más de Shakespeare, en este caso una obra ‘menor’ escrita en 1603 que no llegó a estrenarse hasta cien años después, en 1714. Por aquel entonces se puso de moda el teatro de shakespeare y por fortuna sigue estándolo. La trama está basada en la novena historia de la tercera jornada del Decamerón -que espero poder leer pronto- notablemente enriquecida por el talento del autor.
Helena promete sanar al rey de una enfermedad aparentemente incurable. Tanta fe tiene Helena en su medicina que hace el siguiente trato: si no es capaz de curar al rey, morirá. Pero si lo salva podrá escoger marido entre cualquiera de la nobleza. Como es de suponer, el rey se recupera y Helena escoge por marido a Bertran, un bala perdida que anda de flor en flor y que lo que menos quiere es casarse. Tanto que aun a riesgo de provocar el enfado del rey huye dejando a Helena compuesta y sin marido. Pero la tenacidad de ésta conseguirá que todo, como dice el título, acabe bien.
Que el personaje femenino tenga ingenio, tesón, valentía y un largo etcétera podría parecer que la obra tiene un carácter feminista. Más bien al contrario: si alguien te trata como trata Bertran a Helena, en vez de seguirle por medio mundo para que reconozca su matrimonio lo mejor hubiera sido caparlo con dos piedras. Sin acritud, eso sí.
El carácter de obra menor no significa que no sea una agradable lectura. Shakespeare for ever.
(Un día, un libro 174/365)
Escuchando: Insurrección. El último de la fila.
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