Varios. Nueva dimensión 79.

julio 10, 2024

Varios, Nueva dimensión 79
Dronte, 1976. 160 páginas.

El contenido puede verse aquí:

Nueva dimensión 79

Dedicado a los mitos de Cthulhu, en un momento en el que todavía no eran lo omnipresentes que son ahora, porque quién nos iba a decir que el imaginario de un tipo al que no le hacía caso nadie se iba a convertir en la inspiración de cientos de relatos, novelas, películas y videojuegos.

Además de los relatos relativos al tema (mi preferido La caravana de Graham) se incluyen algunos artículos, incluyendo uno sobre el Necronomicon en gallego. También las habituales páginas verdes que, leídas en una distancia de 50 años, son casi arqueología.

Muy bueno.

EL NECRONOMICON EN GALLEGO Y LA REINA DE LAS BRUJAS
JOSE M.- MONTELLS
Llega a mis manos en un número de la revista «Cuadernos para el Diálogo» en su colección «Los Suplementos», un extraordinario trabajo de Gustavo Lúea de Tena sobre el periodismo gallego de 1876 a 1936. En la revista, Lúea de Tena nos da noticia entre los colaboradores de «NOS», del escritor gallego muy poco conocido Elisardo de Montenegro y Sandoval, que militó en las filas nacionalistas y murió hace años en el exilio argentino. Este Montenegro, pariente del hidalgo valleinclanesco, poseía una rara edición en gallego del Necronomicón, publicada por Camilo Diaz en 1667, hoy perdida. Sin duda ese Necronomicón sirvió de guía a algunos grandes herejes gallegos de los pasados siglos. Y por supuesto, es seguro que lo conocieron meigas tan renombradas como María Sabina y Catuxa de Pórtela.
Desde luego, el libro influyó en la obra del hidalgo republicano, pues Montenegro publicó en Buenos Aires un estudio sobre los mitos de Cthulu con el extraño nombre de «A nosa roita» en donde se describen curiosas concomitancias de la brujería rural gallega y los mitos lovecraftianos.
De todo esto se deduce que el Necronomicón fue un libro conocido e incluso popular entre brujos y sabios ocultistas de nuestro país.
Ahora una autodenominada «Reina de las Brujas» en un programa de Televisión Española y con ocasión de la proyección de «La Semilla del Diablo» exhibe sin ningún pudor un ejemplar del Necronomicón manifestando que es único en el mundo. Un hombre tan versado en saberes antiguos como mi buen amigo Alvaro Cunqueiro, de seguro hubiera puesto el grito en el cielo, de ver aquellos vulgares y toscos dibujos del Necronomicón Televisivo. Según Lovecraft, el Necronomicón posee pocos grabados y desde luego las ediciones tanto de Toledo como la de Santiago son mucho más bellas que la mostrada por la bruja sajona.
Sin ninguna clase de chauvinismo tenemos aquí brujas y necronomicones mucho mejores que aquellos que nos trae de la pérfida Albión, un locutor tan capaz como José Luis Balbín. Hubiera sido edificante ver en T.V.E. una meiga de Cangas con su edición en gallego del Necronomicón, ese que perdió Elisardo Montenegro una tarde de calor en Buenos Aires.

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