Onada, 2014. 142 páginas. De una canción llegué al poeta, del poeta a este libro que también se había vuelto, parcialmente, espectáculo y canción. Un círculo virtuoso, como las virtudes de los poemas de Estellés, al que no conocía y que me ha maravillado. Poeta de lo cotidiano, pegado a la tierra, sin pelos en la lengua pero sin alharacas ni arranques épicos, pero profundo como los pequeños cortes que da la vida. Poemas que te erizan la piel como cuando te susurran en la oreja lascivas palabras de amor. Mientras estaba cenando, mi hijo, no sé la razón de su arranque, me preguntó que por qué escribía. ‘¿Es por dinero? ¿Es por la fama?’ Yo le contesté que no, que sólo quería escribir lo que a mí me gustaría leer. Esa misma noche, leyendo a Estellés con un placer infinito pensé que lo único que quería era eso, que alguien me leyera alguna vez con el mismo placer con que yo lo estaba leyendo a él. Muy recomendable. Diran de mi: fou un obscur poeta. Altres diran: un poeta notable. Encara més: hi haurà un bròfec que em diga un pedregós poeta i vil geògraf. O no diran, tant…