Talentura, 2013. 140 páginas. No pongo la habitual lista porque al tratarse de microrrelatos hay demasiados como para nombrarlos a todos. Historias solventes, correctamente escritas, con los habituales giros del género pero, por desgracia, también con algunos tics del mismo. Hay algunos muy buenos (dejo muestra) y otros bastante olvidables. En conjunto, bien. Aquí hay dos reseñas excesivamente elogiosas: Partículas en suspensión y Partículas en suspensión. Recomendable. Ganar el cielo «Dios olvidó cerrar la puerta de atrás del infierno», sentenciaba mi madre; y añadía que entre nosotros vivían las criaturas malignas que habían escapado. Se colocaba las gafas sobre la punta de la nariz, esparcía las lentejas en el hule de la mesa y mientras separábamos las que tenían bicho de las sanas, me hablaba de las avispas, a las que quemaba vivas con trapos empapados en alcohol, de las ratas a las que exterminaba con veneno. Terminaba con mi padre. Decía que se vio obligada a internarlo en un sanatorio. Levantaba los ojos a las moscas agonizantes, con las patas pegadas a los tirabuzones de miel que colgaban del techo, y suspiraba. «Tengo medio cielo ganado con él». Medio cielo era poco. Por eso, cuando la embolia la incapacitó,…