La Campana, 2011. 258 páginas. Inmisericorde crítica a la cooperación internacional, las ONG, los voluntarios y todo el entramado del que se nutre. Pese a que en la introdución el autor afirma conocer cooperantes cuya labor es encomiable, en el grueso del libro reparte palos a diestro y siniestro. Critica desde las motivaciones de quienes van a África a vivir una experiencia hasta las grandes organizaciones que malgastan dinero en grandes fastos mientras hay necesidades por cubrir, hasta a los destinatarios de las ayudas que pasan a un estado de dependencia del grifo internacional. Las mayores críticas van, sin embargo, a los organismos internacionales que perpetuan una situación injusta a base de créditos que se destinan a gobiernos corruptos que compran material de los países donantes, en muchas ocasiones obsoleto o innecesario. También los países que impiden con sus aranceles que los productos africanos puedan competir en otros mercados en pie de igualdad. Yo, que en su momento fui parte de alguna ONG y que conozco algo de su funcionamiento interno, puedo dar fe de que muchas cosas de las que aquí se cuentan son ciertas. otras, por lo que he podido hablar con otros cooperantes, también. Sin embargo da…