Filigrana, 2021. 116 páginas. Con los animales como protagonistas el autor escribe 62 microrrelatos que oscilan entre lo poético, lo tierno y lo irónico, todo con mucho ingenio y mucho arte. No en vano el autor es uno de los mejores cuenta cuentos del país, y se nota el oficio. Los cuentos están acompañados por ilustraciones del autor y cuentan con banda sonora. En algunas páginas hay un código QR que nos enlaza con un vídeo de youtube que es la música inspirada en ese texto. Todo un alarde de eso que llaman transmedia y que es solo otra manera de decir que la imagen, la música y el texto se unen para darnos una experiencia sensorial total. Algo que no es nuevo. Se discute mucho sobre cual era el significado de los animales dibujados en cuevas como la de Altamira. Una de las teorías que más me gusta defiende que eran una especie de panel que, al igual que en los romances de ciegos, servían como soporte para la narración de relatos. El chamán contaría historias mientras señalaba partes de las figuras. Y si nos fijamos en cualquier tradición oral del mundo, seguramente tendrían un componente musical. Así que…