Eutelequia, 2011. 172 páginas. Resumen rápido del libro: Un tío se va de vacaciones a un crucero y lo pasa muy mal porque es un esnob. Valoración aún más rápida: Si ya me importa poco cuando mis suegros me cuentan sus vacaciones (no es verdad, querida suegra, es una licencia estilística), se pueden imaginar lo que me interesa las de este tipo. Absolutamente nada. Puestos a repartir leña no nos quedemos ahí, porque el estilo es malo con ganas. Es un libro con tantos defectos que no sé ni por donde empezar. El personaje se hace insoportable desde la página uno, y no creo que se efecto intencionado porque parece autobiográfico. El crucero es el mismo en el que viajó Foster Wallace y se abusa de citas de su artículo y de otros autores. Se abusa muchísimo. También nos detalla los menús y las películas que se ofrecían diariamente. No sé si para hacer más largo el libro o para aburrir un poco más. Todo son quejas. Se encuentra a unos niños jugando al mus y se escandaliza (fragmento al final) porque es un juego poco menos que demoníaco. No debe haber jugado nunca, me parece. Otra: quiere leer un…