Edgardo Dobry. El parasimpático.
Poesía / marzo 17, 2022

Club Editor, 2021. 108 páginas. Ya he comentado por aquí que llegué hasta este autor porque viví en el mismo piso que él en la calle Avinyó. Todavía me sorprende la casualidad de que un lector aterrice en la casa que acaba de abandonar un escritor. Divididos en dos partes, Peso neto, más poético en ocasiones con aire de haiku y Como todo, poemas más cotidianos, del día a día, casi prosa en ocasiones. Acaba con un requiem de su amigo J.B. Me ha gustado más la primera parte y muchos versos. El que aparece en la contraportada: ¿Por qué lloras?¿No ves que estoy pelando remolachas?Pero es la cebolla lo que hace llorar, mami. Ah, cuando estás muerta también te hace llorar la remolacha. Dejo como muestra de la primera parte un poema basado en el ADN y de la segunda otro con sabor metálico. Bueno Lo barroco marginaba en un librillo hermético Alma es lo que pensamos sobre el cuerpo —del lado del mango, el pensamiento: lo pensado en lo hondo del sartén. Serenidad surge al creer que el cuerpo razona igual y forma una tripleta: cuando piensa en secreto —secreciones, cuando piensa preciso —concreciones (cuando piensa en informar…

Edgardo Dobry. El lago de los botes.
Poesía / septiembre 23, 2016

Random House Mondadori, 2005. 90 páginas. Al año de vivir en Barcelona me fui a un piso compartido en el barrio Gótico. Seguíamos recibiendo correspondencia del anterior inquilino. Me interesaban, sobre todo, invitaciones a las inauguraciones del Macba (que solían incluir bebida gratis ¡ay, la juventud!). Con el tiempo dejaron de llegar, pero siempre retuve el nombre, que no es otro que el autor de este libro. No deja de ser curioso que se incluya un poema Escalera real, que trata sobre lo mismo, correos que llegan a otro destinatario. Supongo que se cierra el ciclo. Respecto al libro, ya conocen mi poco ojo para la poesía. Dos o tres han conseguido emocionarme. El resto me han parecido simplemente agradables. TMB Tiembla la vereda, el metro pasa debajo, no digas que el gorrión es una fusa en el pentagrama de tiza del avión que acá no bajará, di: el estruendo estéril del avión, di: ese grito de tormenta evaporada. Di que los peruanos pasean viejitos por la Vía Layetana, di: ciudad agujereada, entraña de ciudad, bolo de gente que se apura, perpetua indigestión, exudación por escaleras de granito. Di: donde hubo un cine hubo una casa ocupada, hay un baldío,…