Alfaguara, 1998. 209 páginas. Thriller literario De este autor ya había leído la obra ‘Nunca le des la mano a un pistolero zurdo’, y me gustó lo bastante como para repetir. La dedicatoria del libro ‘A Teresa Rosenvinge’ ha servido para activar mis prejuicios y relacionarlo -probablemente de una manera espúrea- con Ray Loriga. Y si bien es cierto que existen puntos en común, no lo es menos que se trata de autores muy diferentes. Los dos comparten un punto de escritura ‘americano’, como yo lo denomino, pero, y que me perdone Loriga, considero que Benjamín Prado tiene una calidad literaria más alta. O a mí me gusta más. El protagonista del libro lleva una vida de lo más normal, hasta que la casualidad lo libra de una muerte funesta. Este hecho le hará tomar una decisión drástica; se dejará conducir por el primer autobús a un destino desconocido y anodino. En un pueblo de mala muerte encontrará trabajo de ‘chico para todo’ en un hotel-gasolinera, y construirá una nueva personalidad para sus nuevos jefes, una pareja con un pasado oscuro y misterioso. La doble personalidad del protagonista sirve como metáfora de la división entre el escritor y sus personajes,…