Paco Roca. La casa.
Cómic / enero 5, 2017

Astiberri, 2015. 136 páginas. Tras la muerte de su padre tres hermanos vuelven a la casa del pueblo, la segunda residencia, para adecentarla un poco con vistas a venderla. En el proceso se despertarán los recuerdos de tantos fines de semana de su niñez y adolescencia. Me ha encantado. Como he tenido la suerte -esta vez sí- de leerlo en casita, he podido llorar a gusto.

Santiago García y Luis Bustos. García.
Cómic / enero 3, 2017

Astiberri, 2016. 200 páginas. Esta segunda parte es menos divertida pero con más acción. Bustos se luce con unas viñetas de un dinamismo impactante. El conjunto de los dos tomos, impresionante.

Nicholas Gurewitch. La hermandad de la biblia Perry.
Cómic / septiembre 5, 2016

Astiberri, 2012. 152 páginas. Tit. Or. The perry bible fellowship almanack. Trad. Óscar Palmer. Descubrí la web The perry bible fellowship hace ya tiempo y me quedé enamorado de su humor cruel y surrealista enmascarado bajo unos dibujos con apariencia infantil en ocasiones pero de gran calidad técnica. La traducción está a la altura del reto, pero algunos chistes se pierden un poco. Lo mejor los extras: tiras inéditas por diferentes razones. Excelente.

Jason. El gato perdido.
Cómic / diciembre 23, 2015

Astiberri, 2014. 158 páginas. Primer cómic que leo de este autor, de personal dibujo y tramas, que me ha dejado con el culo torcido. Una historia que empieza con una trama de novela de detectives melancólica, se complica con elementos misteriosos e incursiones en la ciencia ficción, y que tiene un final sorprendente que te deja pensando por su significado. Me he convertido automáticamente en fan. Aquí otras reseñas igual de elogiosas pero, por suerte, mucho más extensas y razonadas: El gato perdido (Jason) y El Gato Perdido Calificación: Muy bueno.

Álvaro Ortiz. Murderabilia.
Cómic / noviembre 23, 2015

Astiberri, 2014. 112 páginas. Segunda obra que leo de Álvaro Ortiz, y cada vez me gusta más. Un joven aspirante a escritor viaja a un remoto pueblo para hacer una venta muy peculiar: los dos gatos de su tío que devoraron parcialmente su cadáver. La Murderabilia hace referencia al coleccionismo de objetos relacionados con sucesos y asesinatos truculentos. Por casualidad acabará trabajando en un motel y estableciendo amistad con el coleccionista al que le vendió los gatos. Siguiendo su estilo de dibujo particular, el fuerte está en la historia, muy bien estructurada y con un final sorprendente e impactante. Destacable el retrato de las relaciones del protagonista con la gente del pueblo, su novia y el coleccionista, así como el ambiente de sabor norteamericano -ya presente en Cenizas. Muy disfrutable. Otras reseñas: Murderabilia y Murderabilia (Álvaro Ortiz). Calificación: Muy bueno.