Penguim Random House, 1998. 140 páginas. En la veintena estaba yo cuando fui al cine a ver El cartero y Pablo Neruda, que motivó la escritura de algunos poemas hoy afortunadamente perdidos dedicados a mi chica de entonces. Veinte años después me tomo la molestia de ir a las fuentes. Lo pensé en su momento pero como pueden ver me tomo las cosas con calma. Mario empieza a trabajar de cartero en Isla Negra, con prácticamente un único cliente: Pablo Neruda. La cercanía del poeta y el descubrimiento del amor que abrasa le lanzarán a la osadía de pedir consejo al gran Pablo para que le ayude a conquistar a la muchacha. Ternura, pasión, amor a las palabras y a las buenas gentes, trasfondo de los caciquiles comportamientos de entonces y la represión tras el golpe de estado… todo cabe en esta obra que, pese al falso prólogo, encierra más literatura de lo que parece. Lo que digo siempre: cuando un libro me hace reír y llorar no puedo dejar de recomendarlo. Muy bueno. —¿Y qué hiciste entonces? —Me quedé callada. —¿Y él? —¿Qué más me dijo? —No, mijita. ¡Qué más le hizo! Porque su cartero además de boca ha…