Ariel, 2012. 270 páginas. Tit. Or. Tubes. Trad. Juanjo Estrella. Aunque pensemos en ella como algo abstracto, incluso en como la nombramos (la nube, la red) internet es algo físico, compuesto de ordenadores situados en centros de datos y miles de cables que viajan por debajo del océano y cruzan al lado de las torres de alta tensión los parajes desolados. También tiene una historia desde sus comienzos balbuceantes, cuando casi no había ordenadores conectados hasta hoy, en el que todo el mundo tiene una conexión en el bolsillo y hasta las bombillas hablan entre ellas. Pues de todas estas cosas no nos habla este libro, que me ha resultado aburridísimo de principio a fin, lleno de paja, con poco contenido y nula estructuración. Una de las mayores pérdidas de tiempo en lo que llevo de año. Había una gran excavadora Hyundai aparcada en la orilla, con su brazo articulado levantado, a modo de saludo, y con un cartel en el que se leía «CARLOS» apoyado en el parabrisas. El propio Carlos estaba sentado en el interior de la cabina, inclinado hacia el salpicadero. Normalmente se dedicaba a demoler edificios históricos en Lisboa, un trabajo delicado. No era la primera…