Editorial Anagrama. 2ª Ed. 2003. (1996). 167 páginas. Contar una historia Excelente. Su mayor virtud está en la capacidad de sintetizar la información (no sé porqué he recordado a Gabriel GarcÃa Márquez, debe ser mi supina ignorancia). En 150 páginas es capaz de contar múltiples historias personales, todas ellas interesantes, de hacer un repaso de la historia chilena, de su poesÃa a lo largo de la historia central (la de un psicópata)… sin que pierdas el norte. Como todas las novelas, tiende a la cursilerÃa cuando habla de personajes que tienen algunas cualidades admirables (¡¡¡perdón!!!)… pero no deja de ser peccata minuta ante la maravillosa cantidad de pequeños detalles que deja la obra. La primera de las claves es que el texto sea narrado en primera persona, ganando en profundidad. El resto deberÃan descubrirlas ustedes. Y yo sin hacer caso al bueno de Palimp… ¿seré idiota? (Un dÃa, un libro 73/365) Escuchando: «Lo siento». Belinda. «Quiero un arma de fuego». Conexiones neuronales relacionadas con la corteza auditiva. La asiduidad de The Happy Butcher le otorga el derecho de ser considerado Posteador Residente de este blog. Gracias por tu colaboración y por mostrarte tan cauto con Bolaño, aunque tengo que decirte…
Editorial Anagrama, 1998. 312 páginas. ¡Todo el mundo a leer! Seguro que ustedes, amables lectores, se preguntarán ¿Pero es que este tÃo no lee nunca ensayos? Pues sÃ, sà que los leo, lo que pasa es que da la casualidad de que no tengo ninguno en mi lista por leer. Asà que, para meter un poco de variedad a la bitácora, decidà acercarme a una biblioteca y chafardear un poco a ver que caÃa. Por desgracia, las bibliotecas en Barcelona dan un poco de pena, porque son librerÃas pequeñas, de barrio, y no se suele encontrar mucha cosa. Cuando era un recién llegado a Barcelona venÃa con la ilusión de que si en una ciudad pequeña habÃa una biblioteca pequeña, en una ciudad granda habrÃa una biblioteca grande. Pues no. En una ciudad grande hay muchas bibliotecas pequeñas. También hay alguna grande pero en esas no te puedes llevar el libro a casa, con lo que no cuentan. Total, que poca cosa habÃa, pero, fijate por donde, me encontré con este libro que viene que ni pintado para esta bitácora. A Félix de Azúa lo descubrÃ, precisamente, en una pequeña biblioteca de barrio de Barcelona (o sea que tan malas…