Hay muchos libros de ciencia ficción que tratan sobre viajes en el tiempo, así como películas. La última más conocida -que no he visto- es Looper. En prácticamente todos el núcleo de la acción es alguna paradoja temporal, que consiste en romper de alguna manera la dinámica causa efecto.
En el mundo cotidiano existe una flecha del tiempo, si se cae un huevo se rompe, pero nunca se recompone sólo. Hay una causa efecto que discurre en un único sentido. Podemos simplificarlo de la siguiente manera:
A causa B
El efecto viene siempre después de la causa. El problema es que si podemos viajar en el tiempo el efecto puede influir en la causa, provocando la paradoja. Puede ser de dos tipos:
(1) B impide A
Es la clásica paradoja del abuelo. Si un viajero del tiempo mata a su abuelo cuando era un niño, impide su propio nacimiento y entonces ¿quién ha viajado en el tiempo para matar a su abuelo? Es el argumento de Regreso al futuro, cuando Marty McFly se entromete entre su padre y su madre, evitando que se casen y, por lo tanto, comprometiendo su propia existencia.
(2) B causa A
Si en la anterior teníamos una contradicción, aquí tenemos un círculo vicioso. Si A causa B y B causa A ¿Cómo se originó todo? La película Terminator incorpora esta paradoja. El líder de la resistencia, John Connor, envía a Kyle Reese para proteger a su madre de un robot que ha viajado al pasado para asesinarla. Pero va más allá del deber y se acuesta con ella, convirtiéndose en el padre del líder. Si no lo hubieran enviado éste no hubiera nacido, pero si no hubiera nacido no habría viajado al pasado.
Dicho esto, ¿hay paradojas temporales en la literatura clásica? Sí. No encontraremos viajes en el tiempo, y el primer tipo de paradoja no aparece. Pero sí el segundo, porque para que ocurra sólo hace falta que viaje la información; es decir, basta con un oráculo.
El mejor ejemplo es la historia de Edipo. A su padre Layo le profetizan que su hijo lo matará, así que cuando nace lo abandona. Edipo, criado en otra familia, recibe la misma profecía, por lo que para evitarla decide abandonar a sus padres adoptivos -que el cree verdaderos- y en el camino se encuentra con su verdadero padre y lo mata, cumpliendo su destino.
Si Layo no hubiera escuchado la profecía, hubiera criado a Edipo y éste no lo habría matado. Con Edipo pasa lo mismo, sin la mediación de la profecía hubiera vivido con sus padres adoptivos y la tragedia se habría evitado. El vaticinio provocó las circunstancias del asesinato, y el asesinato da validez al vaticinio.
Algo parecido ocurre en el cuento Cita con la Muerte, o la muerte en Samarra. Un esclavo ve a la muerte en el mercado, que lo mira atentamente. El esclavo le ruega a su señor que le deje escapar y huye a Samarra. Cuando el señor se encuentra a la muerte y le reprocha haber asustado a su esclavo, ésta le dice que su gesto era de sorpresa, porque tenía una cita con él esa misma noche en Samarra.
Pero mi preferido sigue siendo el romance del enamorado y la muerte, que ya comenté en estas páginas (y que vuelvo a reproducir al final). A un joven se le aparece la muerte, y le ruega un poco de tiempo para ir a ver a su amada. La muerte se lo concede, pero cuando intenta subir a la habitación de su amor se despeña y muere. La aparición de la muerte provocó su salida, que desembocó en su muerte. A causa B y B causa A. Una paradoja temporal en toda regla en uno de los romances más poéticos que se han escrito:
El enamorado y la muerte
Un sueño soñaba anoche soñito del alma mía,
soñaba con mis amores, que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora tan blanca, muy más que la nieve fría.
—¿Por dónde has entrado, amor? ¿Cómo has entrado, mi vida?
Las puertas están cerradas, ventanas y celosías.
—No soy el amor, amante: la Muerte que Dios te envía.
—¡Ay, Muerte tan rigurosa, déjame vivir un día!
—Un día no puede ser, una hora tienes de vida.
Muy deprisa se calzaba, más deprisa se vestía;
ya se va para la calle, en donde su amor vivía.
—¡Ábreme la puerta, blanca, ábreme la puerta, niña!
—¿Cómo te podré yo abrir si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue al palacio, mi madre no está dormida.
—Si no me abres esta noche, ya no me abrirás, querida;
la Muerte me está buscando, junto a ti vida sería.
—Vete bajo la ventana donde labraba y cosía,
te echaré cordón de seda para que subas arriba,
y si el cordón no alcanzare, mis trenzas añadiría.
La fina seda se rompe; la muerte que allí venía:
—Vamos, el enamorado, que la hora ya está cumplida.
11 comentarios
Tribulaciones de un autor incipiente
Me encanta el post de hoy. Las tres historias que comentas siempre me han gustado mucho porque las paradojas me cautivan, y especialmente las temporales. El romance del enamorado y la muerte es mi favorito. Es curioso porque yo tenía en mente desde hace algún tiempo escribir algo así, pero con lo que leo aquí ya es bastante 🙂
Ostres!!!! avui t’has superat (més), molt bonic.
Bueno, sí hay viajes en el tiempo en la literatura clásica (sin contar «The Time Machine» the Wells), pero no recuerdo ahora ninguna paradoja. Hay un viaje que intenta modificar el pasado: «A Connecticut Yankee in King Arthur’s Court», de Twain. Está también el fantasma de «A Christmas Carol» de Dickens, y el Fausto de Goethe viaja a la Antigua Grecia.
Una cosa más: una película de viajes temporales que creo te puede gustar es «Primer», no sé si la viste.
Gracias Alejandro y Sílvia.
Leandro, tienes razón, hay algún viaje en el tiempo, aunque no incurren en paradojas.
La película ‘Primer’ la vi y me gustó mucho. Se admiten otras sugerencias 🙂
Por decir un par poco conocidas:
Frequently Asked Questions About Time Travel (no sé si está doblada)
Tempus fugit (no es una gran superproducción, pero tiene detalles que me hicieron mucha gracia)
No creo que se me pueda ocurrir ninguna que no hayas ya visto, jeje. Mi favorita personal: Time Bandits, que vi de niño y disfruté enormemente.
¿¿¿Queréis decir que habéis entendido de qué va Primer??? ¡Ruego explicación encarecidamente!
Como película te recomendaría el corto francés de La jetée. Apenas dura media hora y con apenas el montaje de unas imágenes y una voz susurrante de fondo, te mete en una extraña pero absorbente historia (eso sí creo que si la buscas solo la encontrarás en versión original subtitulada). Antes era fácil encontrarla por youtube o similar).
Lo del viaje de la información me ha hecho recordar una idea que leí de interpretar el propio libro como una especie de máquina del tiempo, ya que en parte es capaz de transportarte a distintas épocas (aunque sea a través de la imaginación).
Y la paradoja del encuentro con la muerte se puede rastrear a través de la literatura y se repite una y otra vez, que yo recuerde por ejemplo la han utilizado entre otros Borges y Jean Cocteau, pero su origen verdadero está en tradiciones más orientales. Incluso he oído que hay una mención también en los cuentos de “Las mil y una noches”, pero el libro es tan extenso, que cualquiera lo comprueba. Me ha gustado mucho esa versión del romance de El enamorado y la muerte.
@Cities, te la explico algún día, pero tiene que ser alcohol mediante 🙂
Vigo, conozco La jetée, hablé aquí:
http://lepisma.liblit.com/2008/07/27/la-jetee/
El encuentro con la muerte que avisa y provoca su inminencia parece connatural al ser humano. Señal de que la causalidad nos fascina.