Crear y mantener un sitio web personal es cada vez más frecuente.

Sus ventajas son múltiples. Este formato nos permite evidenciar que, efectivamente, «somos la principal fuente de información sobre nosotros mismos». Nuestro sitio web nos permite ordenar, en un solo lugar, las diferentes informaciones que queremos proporcionar relacionadas con nuestra marca personal: nuestro CV, nuestras publicaciones, enlaces a nuestro «ecosistema personal» (asociaciones a las que pertenecemos, ONGs a las que apoyamos…). Dado que somos nuestros propios editores, la página personal nos proporciona libertad para decidir de qué queremos hablar.

En cuanto a visibilidad, nuestro sitio web nos permite indexarnos en los buscadores. Al respecto, te recomiendo que el nombre del dominio coincida con el tuyo propio. Para ello deberás contratarlo en un registro de dominios y pagar una cuota anual por el uso del mismo.

Como contrapartida contar con una página personal exige una inversión inicial para crearla y una inversión posterior para mantener el sitio al día.

Crear nuestra página. Si optas por este formato, te recomiendo que busques apoyo para el diseño de la página, a fin de que refleje los valores de tu marca. No es necesario que incluyas una cantidad abrumadora de contenidos pero sí que éstos estén bien ordenados y resulten comprensibles para tus visitantes.

Promocionarla. Una vez publicada tu página, debes darla a conocer entre tu «ecosistema»: ¡la mera publicación no equivale a recibir un aluvión de visitas el primer día! Para hacerla crecer, no hay nada mejor que cuidar los contenidos. Publicar información de calidad y bien elaborada sobre tus temas de interés es un método seguro para ganar lectores. No descuides la frecuencia de publicación, para evitar que tu página se vea «anticuada» o transmita sensación de dejadez.