Editoral Mediterrà nia, 2012. 294 páginas.
El punto de partida del libro es muy interesante, un recorrido por los lugares ocultos de Barcelona, por un subsuelo apenas catalogado y poco explorado pero que está ahÃ, bajo nuestros pies. Como un comando ciudadano recorren locales, bajan pozos, se internan en estaciones cerradas y nos hacen un mapa de esos lugares secretos.
Como pega algunas partes del texto que son más narración de salida campestre que información suculenta, pero no importa porque el resto está muy bien,. Otras reseñas: Mireia Valls, La Barcelona subterránea y Mireia Valls, La Barcelona subterránea .
Recomendable.
Todo empieza en el año 1409. Ocurre que Pere III el Cerimoniós —los castellanos le llamaban Pere el del punyalet- tuvo 3 hijos. Joan I de Aragón, Cataluña, Valencia, parte de Murcia, el Conflent y el Rosellón, era el mayor de los hijos, el hereu. Luego Martà I, que se casó con la princesa de Sicilia, y era rey de Sicilia y de Cerdeña. Y Leonor, que en segundas nupcias se casó con un prÃncipe castellano y tuvieron un hijo que fue Ferran d’Antequera.
Les hago este bosquejo introductorio porque ahora empieza la historia de Bellesguard. Joan I de Aragón, Cataluña, etc. muere cazando y los nobles aragoneses van a buscar a su hermano Martà I, que tenÃa su reino en Sicilia, en el que desempeñaba sus deberes felizmente; pero ante la insistencia accede también a reinar sobre Cataluña y Aragón. Mientras él resuelve los problemas de su propio reino, su primera esposa MarÃa de Luna, que era una gran mujer, vino a Barcelona a ordenar y preparar el terreno para cuando llegara su marido Martà I.
Cuando el rey llega a Barcelona fija su residencia en el piso de arriba de lo que hoy se conoce como el Saló del Tinell en la plaza del Rei, el cual llega a ser su palacio.
A este rey se le conocÃa como Martà l’Humá porque era muy buena persona, y al ser obeso tenÃa problemas de apoplejÃa. Sucedió que en este emplazamiento de la plaza del Rei, él no se sentÃa cómodo por motivos de salud, y le pide a su secretario, amigo, médico, escritor, sabio, que se llamaba Bernat Metge que ya habÃa sido secretario de Joan I, que le busque un sitio donde le sea más propicia la recuperación.
Bernat Metge sacrifica un animal y pone los cuarterones de su carne en distintos puntos de toda la Sierra de Collserola, desde Sant Pere Mártir hasta el Besos, ya que una condición que impuso su majestad, sine qua non., era que desde esa nueva ubicación se divisara el mar, porque él mismo era un enamorado del mar. Llegado el tiempo de ir a revisar la carne, se observó que la que menos descomposición habÃa sufrido era la que estaba en Bellesguard, de manera que es aquà donde mandó construir su segunda residencia, en la que todavÃa hoy se pueden ver las murallas con las almenas originales del 1400.
En esta segunda residencia, el rey vive largas temporadas hasta que en 1409 Martà I pasa a disponer y a vivir permanentemente en el Palau de Bellesguard, que
aunque más modesto que un suntuoso palacio, cuenta sin embargo con un gran jardÃn que le habÃa construido un amigo suyo árabe de Mallorca, en el que crecÃan, además de otros árboles frutales, unos limoneros, los cuales eran la delicia del rey.
En el mes de mayo de 1409 los sardos se habÃan revolucionado contra MartÃ, su rey, estando él residiendo en Bellesguard, por lo que manda un ejército de tropas catalano-aragonesas y una gran flota que comanda su hijo Martà el Jove, por recomendación del Papa Luna, que era pariente de MarÃa de Luna su primera esposa. Martà el Jove domina a los sardos en la batalla de Sanluri, pero por el abuso excesivo de la victoria, perece al poco tiempo bajo los encantos de una sarda famosa.
Martà el Jove, que estaba casado con Blanca de Navarra, no habÃa tenido herederos, por lo que su padre Martà l’Humá se casa en segundas nupcias con Margarita de Prades para intentar conseguir nueva descendencia. Los esponsales se celebran el 6 de setiembre de 1409 en la pequeña capilla de Bellesguard, en presencia del Papa Luna, y bendice la unión Vicente Ferrer, que más tarde serÃa san Vicente Ferrer.
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