María Velasco. Vendrán los alienígenas y tendrán tus ojos.

diciembre 22, 2025

María Velasco, Vendrán los alienígenas y tendrán tus ojos
La uña rota, 2025. 120 páginas.

Se incluye la obra de teatro que da título al libro y otros poemas de amor, y un prólogo que está bastante bien. Si digo que es una obra de teatro que trata del amor puede dar la impresión de que se trata de algo cursi, y nada más alejado de la realidad. Un texto crudo, sincero, donde el amor te da bofetadas a cada página.

Me he encontrado tantos textos que me han atravesado que no sabría donde poner el dedo. El diálogo sobre porno con el sobrino me ha resultado hilarante, pero en otros momentos se me ponía la piel de gallina. Brutal.

Muy bueno.


CADAQUÉS
Una vez me abracé a una boya bronceada, que respiraba debajo del agua.
*
Era como si se estuviera ahogando y nunca encontrara el fondo del mar con los pies. Una angustia pesada. Pero, entonces, ¿por qué la buscaba?
Clarice Lispector

No sé nadar, te dije.
Insististe.
Nadando a crol tú.
Chapuceando
yo.
Remolcada de tu cuerpo de catamarán me llevabas a un naufragio.
Avanzábamos
(en la incertidumbre).
Y el mar se transformaba en la mar.
Dejé de hacer pie.
Dejaste de hacer pie.
Puedo morir.
Puedes morir si intentas salvarme.
Podemos morir.
Dejamos de hacer pie también en tierra firme.
Tu belleza era mi Titanio, el iceberg en todas partes.
Húmeda tú.
Húmedo yo.
Untuosos como al follarnos.
Mi regata,
mi crucero de carne.
Tuve que achicar el agua de mi miedo.
Piel de gallina y paladar salado.
Achicamos.
Eras mi submarino.
Mi Jacques Cousteau.
Jonás y la ballena eras.
Y yo volví a ser niña a los ojos de los peces, tras las gafas de buceo.
El fondo marino me llamaba.
Decidimos nombrar vértigo, a mi vida colgando en tus brazos.
Entre estrellas y algas, ansiaba susurrarte
mar adentro, más adentro.
Minutos de un sueño húmedo dejaron varados en mi deseo animales de gran tamaño, como mensajes embotellados.
A tu espalda, conocí un mundo nuevo, fui Safo,
Alfonsina Storni,
Virginia Woolf…
Pero salí ilesa,
salí sirena
de una prepotencia
azul verdosa.
Nuestros secretos
ahora son
tesoros hundidos.


(El niño niega con la cabeza.) Casi todo el mundo tenía ya cámaras en el teléfono…
Niño: Me hablas de otra era.
Ella: La gente de a pie comenzó a crear sus propios contenidos y a subirlos a Internet y el porno industrial, digamos que el pomo normativo…
Niño: (Interrumpe.) Yo también prefiero el porno casero.
Ella: Solo te quería decir: la pornografía comercial es al sexo lo que el viaje del héroe al arte. Cualquier parecido con la realidad…
Niño: No entiendo.
Ella: Un sexo sin precoito y poscoito es mentira.
Niño: ¿Qué es precoito y el pos…?
Ella: La fragilidad, la seducción, el miedo, fisuras, sangrados, tests de embarazo, humores, euforia, fantasmas, condones rotos… Lo mejor y lo peor que te pueda pasar en la vida. (Pausa.) ¿Te gustan los payasos?
Niño: Me dan miedo.
Ella: El amor sexual se parece más a un número de clown. El amor, como la vida, se expande en proporción a nuestro ridículo. Como el payaso tonto recibirás tartazos en la cara; como el listo te sentarás en una silla rota.
Niño: ¿Pero entonces te gusta más el porno industrial o el casero?
Ella: El codificado, Carlos. Los adultos se ponen de acuerdo para mentirles a los niños. Durante toda la vida tratarán de arrebatarte la imaginación hasta volverte cínico. Por eso tienes que leer como un hijo de puta.
Niño: Y tú tienes que poner dos euros en la hucha.
Ella: ¿Qué?
Niño: Has dicho una palabrota.
Ella: No me desvíes. Que nadie te diga cómo excitarte ni limite tus zonas de placer. El pomo se centra en la genitalidad y en unas solas prácticas y tú puedes enloquecer con el lóbulo de una oreja.
Niño: Tía, me estás dando vergüenza.
Ella: ¿Por qué?

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