Poemario que, como indica su título, es un oratorio a un dios que no existe. Una súplica desatendida que abunda en contradicciones, siendo la primera ese rezo a la ausencia. Versos que dicen que quien tiene fe no cree en nada, lo que está quieto está danzando, la sabiduria está en lo que se ignora pero, sobre todo, que la ausencia de dios es también un dios.
A pesar de sus pocas páginas tardé mucho en leerlo porque los versos se me pegaban en los ojos. Y me llenaron de una nostalgia inquietante, y de tristeza.
Muy bueno.
¿y la felicidad?
¿existe como estatuto
en algún lado?
¿tiene el trueno
dos causas?
¿la nieve
seis?
nunca se sabe
en la palabra jardín
crecen manzanas
las manzanas
buscan su sitio
entre las cosas
pero una cosa
nunca es una cosa
ni siquiera
en la prisión gramatical
no hay más que un rey
sin atributos
absorto
en la tarea de ser
contemplado y no visto
después se propagan
los folios del mundo
escarcha azul
invierno
cuerpo que está vivo
alguien lee
el Diván de las Aves
el jardín
da seminarios de Invisible
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