Ed. orbis, 1987. 223 pág.
Tit. Or. The economic consequences of Mr. Churchill. The end of laissez-faire. How to pay for the war
Trad. Jorge Pascual.
Capitalismo socialista
La economía es una asignatura pendiente para mí. Muy mal teniendo en cuenta la querencia que profeso por la teoría de juegos y que soy de izquierdas. Hace tiempo que echo de menos al alegre carnicero, liberal con el que podía discutir de un modo civilizado. Espoleado por tener más información es por lo que me lanzo a leer libros como éste (pendiente queda el de John Stuart Mill y el de Friedman).
Keynes es un economista al que todo el mundo admira. Critica al liberalismo, pero defiende el sistema capitalista. Aborrece del socialismo pero defiende ideas sociales. Y sobre todo es una persona con la cabeza sobre los hombros. Aunque supongo que ya estará ampliamente superado, no cabe duda de que es un clásico de la economía.
Este libro recoge tres ensayos sobre intervención y liberalismo. El primero ‘Las consecuencias económicas de Mr. Churchill’ intenta convencer al gobierno de que no vuelvan al patrón oro. El segundo ‘El fin del laissez-faire’ es un análisis del origen del liberalismo y lo erróneo de sus presupuestos. En ‘Como pagar la guerra’ expone sus planes para conseguir el financiamiento de la guerra sin que sea una carga excesiva para después del conflicto. Todo ello explicado en un tono divulgativo muy de agradecer por los profanos como yo.
Mi preferido es, sin duda, el segundo ensayo. Incide en algo que yo he pensado siempre: que los presupuestos del liberalismo son eso, presupuestos sin ninguna base científica. Todo un clásico para los amantes de las ciencias económicas y una lectura interesante e instructiva para los analfabetos como yo.
P.D. He encontrado esta entrada en el blog salmón con más información sobre el autor.
(Un día, un libro 103/365)
Escuchando: ‘Danza del rey Nabucodonosor’, La Musgaña
9 comentarios
2-1, Palimp. Ahora bien… yo ya estoy preparando el que será mi siguiente punto…
En primer lugar, apunto esta recomendación, especialmente ese segundo capítulo que tanto te ha gustado.
En segundo lugar, hay algo que no llego a comprender. Se trata de un libro editado en 1987, pero Keynes murió en 1946, por lo que deduzco que se trata de una reedición traducida al castellano… y una recopilación de ensayos… de donde hago la siguiente pregunta: En el «cómo pagar la guerra», ¿se refiere a la Primera o a la Segunda Guerra Mundial?
En tercer lugar, tengo en mi casa su “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero”. Pero hay un libro en concreto de este autor que me encantaría degustar: «Las consecuencias económicas de la paz», un libro dedicado a la firma de acuerdos sobre el tema de reparaciones de guerra de la Primera Guerra Mundial donde el tío clavó lo que iba a pasar si se tomaban ciertas decisiones que finalmente fueron aplicadas.
En cuarto lugar (este no es el sitio, lo sé), el artículo del blog salmón tiene algo que no entiendo. Roosevelt aplicó las recetas de Keynes ya desde 1933, cuando llega al poder (recurrió al déficit), y Keynes publica su «Teoría…» en 1936…
En quinto lugar, me constaba que Keynes aborrecía el patrón oro (llegó a decir que era algo de bárbaros), pero dadas mis insuficiencias en teoría monetaria (lo poco que sé es que es una de esas cosas que parece que no afectan pero que te pueden hundir un país en un plis plas)… tal vez pudiera deberse a que el patrón oro obligaba a los gobiernos a tener siempre controlada la cantidad de dinero a gastar en el futuro… cosa que no iba demasiado bien en tiempos de recesión económica… Animo a que alguien más experto me enseñe.
Y en sexto lugar… Pues sí. Este tío ha sido el economista más importante del siglo XX. Milton Friedman le superó después en la teoría pero en lo que se refiere a la práctica… un desastre: ¡todos keynesianos!
Te aseguro, palimp, que dentro de unos años Keynes volverá a ser revisitado y puesto al día por algún genio de la economía. Keynes es la defensa desencantada del capitalismo. Lo jodido es que Keynes era matemático lo que no dice demasiado de nosotros, los economistas.
Keynes sacó a la economía mundial de una crisis y la llevó (bueno, él no, los keynesianos) a los años 70 con salud razonable. Friedman señala alguna influencia de la cantidad de dinero en la economía. El monetarismo no deja de ser una teoría de alcance medio en la economía. No me parecen aportaciones comparables, la verdad. Fíjate que hasta el régimen nazi fue keynesiano.
Keynes aborrecía el patrón oro por una razón muy sencilla: la moneda es el reflejo del valor de la economía de un país (organización empresarial, producción, cualificación de la fuerza de trabajo) y no el reflejo de sus reservas de oro. A principios del siglo XX, esta idea no era tan evidente.
Meque:
Keynes es la defensa desencantada del capitalismo. Bueno… A mí ese capitalismo (el capitalismo de Estado) que defendió no me convence demasiado… pero bueno… puede llamarse capitalismo…
Keynes sacó a la economía mundial de una crisis y la llevó (bueno, él no, los keynesianos) a los años 70 con salud razonable. Momento desde el cual, y salvo excepciones puntuales, el keynesianismo no levanta cabeza.
El monetarismo no deja de ser una teoría de alcance medio en la economía. No me parecen aportaciones comparables, la verdad. No soy economista, sólo aficionado. Ahora bien, más allá del punto de vista de la ciencia económica, Friedman sí hizo una enérgica defensa de la desregulación estatal en muchas áreas de la economía.
Y sí, por cierto… la economía nazi era Keynesiana…
Sin meterme en conversaciones de mayores, creo adivinar que Keynes no confiaba del todo en la capacidad del mercado de autoregularse -desconfianza que yo comparto- y que consideraba al estado como algo necesario -aunque fuera por desgracia-.
Alguna vez, Butcher, te he oído decir que considerabas que para algunas cosas el estado es necesario. ¿También en el sentido de Keynes, como un elemento regulador del mercado?
creo adivinar que Keynes no confiaba del todo en la capacidad del mercado de autoregularse -desconfianza que yo comparto- y que consideraba al estado como algo necesario -aunque fuera por desgracia-. Un buen amigo ha publicado hoy un post sobre el debate entre Keynes y Hayek, acerca del «Camino de servidumbre» del segundo (otro libro imprescindible), con todo el debate sobre el keynesianismo de fondo a lo largo de la década de los años 30. En este post se recoge algo muy interesante… Dijo Keynes a Hayek:
Debo, por tanto, concluir tu tesis de manera distinta. Yo diría que lo que queremos no es ausencia de planificación, o incluso menos planificación, de hecho diría que lo que ciertamente queremos es más planificación. Pero la planificación debería tener lugar en una comunidad en la que la mayor parte de la sociedad, tanto líderes como súbditos, compartieran completamente tu posición moral.»
Alguna vez, Butcher, te he oído decir que considerabas que para algunas cosas el estado es necesario. Sí, amigo mío. Así es, y de momento, lo sigo pensando.
¿También en el sentido de Keynes, como un elemento regulador del mercado? No he leído en profundidad a Keynes… por lo que hablo «a pelo»… pero me hago a la idea de sus políticas actuales… Si es por mí, y en lo que se refiere a cuestiones de mercado, el Estado no debería intervenir absolutamente en nada. Puedo poner algún caso extremo (en plan ayudas a discapacitados para facilitar encontrarles empleo y cosas rebuscadas así…), pero por lo general, el Estado ha de garantizar reglas justas para todos. Y da igual la situación económica.
Después, tiene responsabilidades monetarias… (de la que encima se ha atribuído el monopolio, aunque creo que aquí, no sé si es más intervencionista Friedman o Keynes). A mí no me gusta demasiado esto, qué quieres que te diga, pero la idea del dinero privado también es algo a estudiar muy a fondo. Es una de las cosas en las que sé que más tengo que mejorar, el dinero.
Saludetes…
pero por lo general, el Estado ha de garantizar reglas justas para todos.
¿Y eso lo crees posible? ¿O es tan iluso como el que el hombre es bueno de los socialistas?
Corrección a mi comentario, Palimp.
Por lo general, el Estado ha de garantizar reglas iguales y justas para todos. No me baso en el utilitarismo, sino en la ética.
Lo de «justas», me basaba en el concepto Rawlsiano, de la «Teoría de la justicia», uno de esos mamotretos filosóficos imprescindibles. Muy resumidamente (y cogiendo la parte que me interesa) viene a decir que la justicia en las instituciones no está en los fines sino en los mecanismos. Si los mecanismos son buenos, el sistema es bueno. Si no, pues no.
Dejo un link sobre esta teoría, con su toque intervencionista que, bajo sus propios supuestos, no se sostiene, hasta el punto que después se retracto en gran medida.
Abrazos.
Mi pregunta es de índole práctico ¿hay algún estado que pueda garantizar reglas iguales y justas para todos?, pero también nos podemos meter en honduras metafísicas ¿Puede una regla ser justa e igual a la vez?
Dos preguntas interesantes y complicadas a la vez… esto está mejor que los blogs políticos que habitualmente frecuento…
[desde la práctica] ¿hay algún estado que pueda garantizar reglas iguales y justas para todos? Pues… (¡coño! la pregunta es buena)… Es muy complicado. Teóricamente sí se puede. En la práctica, siempre responderá de los intereses del político…
¿Puede una regla ser justa e igual a la vez? Sí, otra cosa es la aplicación. Pero las leyes pueden ser iguales y justas para todos. Linkeo un texto de Hayek que puede ser de interés.