Institut del teatre, 1985. Biblioteca teatral. 125 páginas.
16 personajes. 3 hombres y 13 mujeres.
Victimismo facha
En el excelente prólogo del libro (como todos los de la colección) nos encontramos con una frase como esta:
[…] la obra de Anouilh, pese a estar adscrita a lo que podríamos llamar teatro de la derecha, posee suficientes atractivos y cualidades para merecer una revisión […]
Que me dejó un poco desconcertado. ¿Qué tiene que ver la ideología del autor? Una obra es buena, mala o regular por méritos propios. ¿O no? No tanto. Al acabar de leerla he entendido el aviso del prólogo y el motivo de la escasas representaciones del autor. Es un teatro de propaganda que se hace difícil de digerir.
‘Los peces de colores’ nos cuenta la historia de Antoni, autor dramático de éxito, que lleva una vida burguesa prototípica. Su único conato de rebeldía lo tuvo de pequeño, una vez que se meó en la pecera.
Al pobre protagonista no le falta de nada: un amigo pobre malcarado y egoista, una amante -también pobre-, una esposa que no le comprende, una suegra horrible… incluso una sirvienta de buen corazón que le saca la cara. Pobre, pobrecito Antoni. Que malos y desagradecidos son los pobres.
El libro no me ha parecido malo y siempre es interesante leer opiniones totalmente contrarias a las tuyas, aunque uno crea que son demagógicas y están equivocadas. Por mi parte, el protagonista no me da ninguna lástima -más bien al contrario-. La mejor escena -por ser la menos demagógica-, la discusión con su amante, donde además de reconocer -con orgullo- su condición de fatxa es el único momento que tiene un adversario ‘a la altura’.
No apto para izquierdistas con la tensión alta.
(Un día, un libro 196/365)
Escuchando: Tem Quem Queira. Rita Ribeiro.
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