Jasper Fforde. El pozo de las tramas perdidas.

junio 25, 2010

Ediciones B, 2008. 420 páginas.
Tit. Or. The well of lost plot. Trad. Pedro Jorge Romero.

Jasper Fforde, El pozo de las tramas perdidas
La gran biblioteca

La tercera parte de la saga y la última de momento publicada en España. Hay otras dos pendientes -esperemos que de momento (Actualización: Ya ha salido el cuarto). Thursday Next se esconde en la Gran Biblioteca, en la que cada letra del abecedario tiene un piso. Allí, en el pozo de las tramas perdidas se oculta en una mala novela. Pero con los consejos de la protagonista la calidad del libro puede cambiar.

Me ha parecido el más flojo de los tres, aunque sigue manteniendo el interés en este extraño mundo que gira alrededor de la trastienda de los libros. Espero impaciente las otras dos entregas. Mientras pueden leer las siguientes reseñas: El pozo de las tramas perdidas, BEM on line.

Una saga que gustará, en palabras del autor, a todos los que les gusten los libros.

Descárgalo gratis:

(Te hará falta el programa EMule)


Extracto:[-]

—Bien—suspiré, intentando captar la idea—. Siempre había pensado que las novelas simplemente… bien, se escribían.

—Escribir no es más que la palabra que empleamos para describir el proceso de grabación —respondió Snell mientras seguíamos caminando—. En el Pozo de las Tramas Perdidas conectamos la imaginación del escritor con los personajes y tramas de forma que tengan sentido en la mente del lector. Después de todo, puede argumentarse que leer es un proceso mucho más creativo e imaginativo que escribir; merece tanto respeto el lector que recrea una emoción, o los colores del cielo durante la puesta de sol, o el olor de la brisa cálida de verano en la cara, como el escritor… quizá más.

Era una idea original; la sopesé.

—¿En serio? —respondí, algo dubitativa.

—¡Claro que sí! —Snell rio—. «La espuma batiendo los guijarros» no significa nada a menos que imagines las olas cayendo sobre la zona de mareas o sientas las olas estremecer la playa bajo tus pies, ¿no?

—Supongo que no.

—Los libros —dijo Snell— son una forma de magia.

Lo pensé un momento y eché una ojeada a la caótica fábrica de ficción. Mi marido era o es novelista. Siempre había querido saber qué le pasaba por la cabeza y aquello, suponía, era lo más cerca que iba a estar de saberlo.7 Seguimos caminando, dejando atrás una tienda llamada Ha pasado un minuto. Vendía recursos descriptivos para el paso del tiempo; esa semana tenían en oferta especial los cambios de estación.

—Bien, gracias, señorita Havisham —murmuré—, la gente de allí está muy preocupada de que vayan a destruir el libro bajo sus pies.

—Con razón —respondió Havisham—. Lo he leído. Cada día se destruyen cientos de libros como Heights. No pierdas el tiempo ni malgastes energía con ellos. En el Pozo cada cual cuida de sí mismo. Yo me mantendría al margen y no haría demasiados amigos. Tienen la costumbre de morirse justo cuando empiezan a caerte bien. Siempre sucede así. Es narrativo.

—Heights no es mal lugar para vivir —dije, con la esperanza de ganarme su compasión.

—Sin duda —murmuró ella, con la mirada perdida—. Recuerdo cuando estaba en el Pozo, cuando creaban Grandes esperanzas. Era la chica más feliz del mundo cuando me dijeron que iba a trabajar con Charles Dickens. La primera de mi clase en la Universidad Genérica y, modestia aparte, bastante guapa. Creía que haría una joven Estella admirable: tan refinada como hermosa, altiva y orgullosa. Al final superaría el autoritario malhumor de su benefactora irascible para encontrar el amor verdadero.

—Y… ¿qué pasó?

—No era lo suficientemente alta.

—¿Lo suficientemente alta? ¿Para un libro? ¿Eso no es como no tener el color de ojos adecuado para trabajar en la radio?

—Le dieron el papel a una putita que recuperaron de una obra de Thackeray destruida. La vaca. No me extraña que la trate tan mal… ¡ese papel debería haber sido mío!

2 comentarios

  • Adela junio 30, 2010en12:52 am

    ¡Dios mío! Cuánto tiempo hacía que no venía por aquí… ¡y es que escribes mucho! Ya me he leído cerca de 10 post y aún me faltan, pero… ¡me encanta estar en tu casa! ¿me brindas un cafecito? jeje, es que hice un alto para este comentario superfluo, pero sigo leyendo. He disfrutado mucho lo de la feria.

    Saludos
    AD.

  • Palimp julio 8, 2010en12:53 pm

    Ahora viene una temporada de descanso. Te invitaría a todos los cafés que quieras, ésta es tu casa.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.