Ernest Hemingway. Muerte en la Tarde.

noviembre 8, 2010

Editorial Planeta, 1977. 258 páginas.
Tit. Or. Death in the afternoon. Trad. Lola Aguado.

Ernest Hemingway, Muerte en la Tarde
Estudio sobre los toros

Acepté con entusiasmo este regalo de mi amigo Ignasi porque Hemingway es mi asignatura pendiente. NO he leído casi nada suyo. Esperaba encontrarme una novela de ambiente taurino pero me equivocaba completamente. Es casi un ensayo sobre el mundo de los toros, mitad orientado a un posible público que sólo conozca la fiesta de oídas, mitad análisis y estudio de los toreros del momento.

Reseño esto en plena polémica sobre la prohibición de los toros en Cataluña. Polémica que me trae al fresco porque no soy ni pro ni anti taurino. El espectáculo me aburre tanto como un partido de fútbol, pero tampoco soy especialmente sensible a la tortura del toro. En los extractos del final les dejo una justificación de Hemingway de la que entresaco este fragmento:

Según mis propias observaciones, podría decir que se puede hacer de las gentes dos grandes grupos: los que, por hablar con el lenguaje propio de la psicología, se identifican con los animales, es decir, los que se ponen en su lugar, y los que se identifican con los seres humanos. Creo, por mi experiencia y mis observaciones, que los que se identifican con los animales, los amigos profesionales de los perros y de otros animales, son capaces de mayor crueldad con los seres humanos que quienes no se identifican espontáneamente con los animales.

Opino parecido; esta gente que defiende de manera ostentosa los derechos de los animales me parecen desconectados de los seres humanos. Independientemente de mi poco interés por el toreo, siempre preferiré la vida de un torero a la de mil toros.

Hay que decir mucho del buen hacer del autor, que ha conseguido que me lea entero un libro sobre un tema que no me interesa en absoluto. Pero la fluidez de la prosa, las divertidas anécdotas que va incorporando y el profudo conocimiento que demuestra sobre el mundillo acaban haciendolo interesante.

Otro extracto destacable:

La desaparición de los adoquines ha hecho más por evitar el derrocamiento de los Gobiernos que las ametralladoras, las bombas lacrimógenas y las Pistolas automáticas.

Descárgalo gratis:

Hemingway, Ernest – Muerte en la Tarde.pdf

(Te hará falta el programa EMule)


Extracto:[-]

Por lo que toca a las cuestiones morales, no puedo decir más que una cosa: es moral todo lo que hace que me sienta bien, e inmoral todo lo que hace que me sienta mal. Y, juzgados por este criterio, que no intento defender, los toros son absolutamente morales para mí, porque, durante la corrida, me siento muy bien, tengo el sentimiento de la vida y de la muerte, de lo mortal y de lo inmortal, y una vez terminado el espectáculo, me siento muy triste, pero muy a gusto. Por lo demás, no me preocupo de los caballos; no por principio, sino porque, de hecho, no me preocupo. Yo mismo me vi muy sorprendido de esta actitud mía, ya que no puedo aguantar que se caiga un caballo en la calle sin sentir la acuciante necesidad de echarle una mano, y muchas veces he tendido arpilleras y he desatado arneses, esquivando una coz, y volvería a hacerlo si se continúa obligando a los caballos a que caminen por las calles de las ciudades cuando llueve o hiela.

Pero en la plaza no experimento ni horror ni malestar de ninguna clase viendo lo que les sucede a los caballos. He llevado a muchas gentes, tanto hombres como mujeres, a los toros, y he visto sus reacciones ante la muerte y ante las heridas de los caballos en la arena, y esas reacciones son absolutamente imprevisibles. Algunas mujeres, de las que yo estaba seguro que les gustarían las corridas, salvo el corneamiento a los caballos, no se sintieron afectadas de ninguna manera; así es que un espectáculo que desaprobaban y que esperaban que las horrorizase y las disgustase, no les disgustaba ni les horrorizaba lo más mínimo. Mientras que otros, hombres y mujeres, se mostraban afectados de tal modo que acababan por sentirse físicamente enfermos. Más tarde entraré en pormenores sobre algunas de estas reacciones, pero por ahora basta con que diga que no hay entre las gentes un signo distintivo o una línea de demarcación que permita dividirlas según su grado de civilización o de experiencia en dos grupos : las que se sienten afectadas y las que no se sienten afectadas.
Según mis propias observaciones, podría decir que se puede hacer de las gentes dos grandes grupos: los que, por hablar con el lenguaje propio de la psicología, se identifican con los animales, es decir, los que se ponen en su lugar, y los que se identifican con los seres humanos. Creo, por mi experiencia y mis observaciones, que los que se identifican con los animales, los amigos profesionales de
los perros y de otros animales, son capaces de mayor crueldad con los seres humanos que quienes no se identifican espontáneamente con los animales. Parece que hubiera como una separación fundamental entre las gentes en relación con esto. Pero los que no se identifican con los animales, pueden, sin querer a todos los animales, sentir afecto por un animal individual, un perro, un gato o un caballo, por ejemplo, aunque luego fundamenten este cariño en una cualidad del animal o en cualquier asociación de sentimientos que les sugiera, más que en el hecho de que sea un animal y de que merezca ser amado.

Yo he sentido cariño por tres gatos distintos, cuatro perros, al menos que yo recuerde, y solamente por dos caballos. Me refiero a caballos que he poseído, montado y conducido. En cuanto a los caballos que he seguido, observado y por los que he apostado en las carreras, algunos me han inspirado profunda admiración y hasta casi cariño cuando he apostado por ellos. Me acuerdo, sobre todo, de Man of War, Exterminator, por el que, hablando francamente, creo que sentía afecto. Epinard, Kzar, He-ros XII, Master Bob y por un media sangre, un caballo de carreras, como los dos últimos, llamado Uncos. He sentido una gran admiración por todos esos animales, pero no soy capaz de decir en qué medida mi cariño era obra de las sumas apostadas por ellos. Cuando Uncas ganó una carrera de obstáculos en Auteuil, contra todos los pronósticos, haciéndome ganar más de diez por uno con mi dinero sobre sus lomos, sentí por él profundo cariño. Quería tanto a aquel animal, que Evan Shipman y yo nos sentíamos conmovidos hasta las lágrimas cuando hablábamos de la noble bestia. Y sin embargo, si me preguntan ustedes qué ha sido después de él, tendría que responder que no sé nada. Lo único que sé es que no me gustan los perros por ser perros, los caballos por ser caballos ni los gatos por ser gatos.

[…]

Hay un libro, hoy agotado en España, titulado Toros célebres, que contiene las crónicas, por orden alfabético, según los nombres que les dan los ganaderos, la manera de morir y las hazañas de unos cuantos toros célebres, en unas ciento veintidós páginas, en total. Hojeándolo al azar, encontraréis a Hechicero, de la ganadería de Concha y Sierra, un toro gris, que en 1844 envió en Cádiz al hospital a todos los picadores y a todos los toreros que tomaban parte en la corrida, un mínimo de siete hombres, después de haber matado a siete caballos.

Víbora, de la ganadería de don Jesús Bueno, fue un toro negro que, en Vista Alegre, el día 9 de agosto de 1908, nada más entrar en el ruedo, saltó la barrera y embistió al carpintero de la plaza, Luis González, abriéndole una enorme herida en el muslo derecho. El torero encargado de matar a Víbora fue incapaz de hacerlo y el toro fue devuelto a los corrales. La cosa no sería digna de recordarse al cabo de tanto tiempo, excepto, acaso, por lo que se refiere al carpintero, y si Víbora figura en el libro, es, probablemente, porque su acción tenía algo de intempestiva y a causa, sin duda, de la impresión reciente que había hecho sobre los compradores del libro, más que por ningún motivo de verdadero interés permanente. No se hace mención de lo que el matador, llamado «Jaqueta», que no aparece en la historia más que en esta ocasión, hizo antes de ser declarado incapaz de matar a Víbora, y el toro pudo haber sido memorable por una razón más importante, que por el hecho, poco excepcional, de haber corneado al carpintero. Yo he visto con mis propios ojos a dos carpinteros corneados en una corrida y no he escrito jamás una línea sobre el particular.

El toro Zaragoza, criado en el cortijo de Lesireas, se escapó cuando le llevaban a la plaza en Boetia (Portugal) el día 2 de octubre de 1898, e hirió a numerosas personas. Un muchacho, a quien perseguía, entró corriendo en el Ayuntamiento y el toro corrió tras él y subió por la escalera’ hasta el primer piso, en donde, según el libro, causó grandes daños. Es muy probable que lo hiciera, en efecto.
Comisario, de la ganadería de don Victoriano Ripamilán, un toro rojo con ojos de perdiz, y largos cuernos, fue el tercer toro que había que lidiar el día 14 de abril de 1895, en Barcelona. Comisario saltó la barrera, se lanzó sobre las primeras filas del tendido y, saltando entre los espectadores, según dice el libro, produjo el desorden y los daños que cabe suponer. El guardia civil Isidro Silva le dio un sablazo y el cabo de la Guardia Civil Ubaldo Vigueras disparó con su carabina, atravesando la bala los músculos del cuello del toro y yendo a alojarse en el lado izquierdo del pecho de un monosabio, Juan Recaséns, que murió inmediatamente. Se acabó atrapando a Comisario con una cuerda y murió a puñaladas.

Ninguno de estos episodios pertenece a los dominios de la tauromaquia pura, salvo el primero, ni tampoco puede incluirse en esta historia el caso de Hurón, un toro de la ganadería de don Antonio López Plata, que se batió contra un tigre de Bengala el 24 de julio de 1904, en la plaza de San Sebastián. Combatieron en una jaula de acero, y el toro acometía al tigre; pero en una de las cargas, rompió la jaula y los dos animales salieron al ruedo donde se hallaban los espectadores. La policía, tratando de acabar con el tigre moribundo y con el toro, que estaba muy vivo todavía, disparó varias salvas, «que originaron varias heridas a varios espectadores». Leyendo la historia de estos variados encuentros entre toros y otros animales, tengo que deducir que eran espectáculos que se debieran evitar, o, al menos, que convenía contemplar desde los palcos más altos de la plaza.
El toro Oficial, de la ganadería de los hermanos Arribas, que fue lidiado en Cádiz el día 5 de octubre de 1884, cogió y corneó a un banderillero, saltó la barrera, cogió al picador «Chato» en tres ocasiones, cogió a un guardia civil, rompió una pierna por tres partes distintas a un guardia municipal y rompió el brazo a un sereno. Hubiera sido un animal ejemplar para cuando la policía aporrea a los manifestantes ante el Ayuntamiento. De no haber muerto hubiera podido producir una estirpe de toros que odiaran a la policía y que hubiera devuelto a la multitud las ventajas que ha perdido hoy en día en las luchas callejeras desde la desaparición de los adoquines. Un adoquín, a corta distancia, es más eficaz que una Porra o un sable. La desaparición de los adoquines ha hecho más por evitar el derrocamiento de los Gobiernos que las ametralladoras, las bombas lacrimógenas y las Pistolas automáticas.

12 comentarios

  • Th Walking City noviembre 8, 2010en4:59 pm

    Antes se pilla a un mentiroso que a un cojo. Por lo general, todos aquellos que se empeñan en demostrar su indiferencia por la fiesta de los toros («Ni me va ni me viene», «Nadie está obligado a ir a una corrida», etc. etc), se delatan rápidamente como defensores de esa barbarie al buscar a la primera de cambio argumentos que justifiquen su existencia: rasgo cultural o identitario de un país, absurdas argumentaciones ecológicas, etc.

    «Creo, por mi experiencia y mis observaciones, que los que se identifican con los animales, los amigos profesionales de los perros y de otros animales, son capaces de mayor crueldad con los seres humanos que quienes no se identifican espontáneamente con los animales.»

    No veo que haya que darle ninguna validez ni credibilidad a esta opinión por el hecho de que su autor sea Hemingway. Si esa era la intención al incluirla, es pura falacia.

  • Maya noviembre 9, 2010en6:28 am

    Hemingway es uno de mis escritores preferidos, su frescura y el manejo del lenguaje me parecen sorprendentes: La punta del iceberg, dice tanto diciendo tan poco. Ahora bien, siento que lo mejor de Hemingway no son sus novelas -que son preciosas- si no sus relatos: es ahí donde despliega todas sus armas, y los relatos como «Colinas como elefantes blancos» hacen que te enamores del escritor. ¡Saludos!

  • Diego noviembre 10, 2010en12:47 pm

    Walking, me parece que gustarte un libro no es lo mismo que compartir su opinión.

    A mi me gustó mucho El Niño de los Coroneles y no apruebo, en ningún caso, la tortura.

    El debate es el mismo que pensar que un autor es un asesino en serie porque su personaje lo sea.

    En fin, me tocará leer libros de Coelho para ser una bellisima persona?

    salud y letras

  • Palimp noviembre 10, 2010en1:13 pm

    Th Walking City, gracias por la presunción de inocencia 🙂

    Le aseguro que a mi los toros ni me van ni me vienen. He ido a dos corridas en mi vida, una por curiosidad y otra por obligación social y nunca lo he visto por la tele: me aburren. La justificación expuesta es de Hemingway, no mía. Yo nunca saldré a defenderlos porque mis simpatías, de estar en algún sitio, están con los antitaurinos.

    Eso no quita para que ante las personas que defienden tan fervorosamente a los animales sienta una cierta prevención. Ahí coincido con Hemingway. ¿Es esto una defensa del toreo? No; no tiene nada que ver una cosa con otra. Pero cuando la gente que se declara amante de los animales se pone a decir barbaridades como ‘El día de tu muerte yo vendré a verte’ (de una manifestación antitaurina) se me ponen los pelos de punta. Aconsejo la lectura de la siguiente entrada:

    Odiar en nombre de los animales

    De la que saco este extracto:

    Para no recorrer todas las fotos, me quedo en dos tomas distintas de la cornada que sufrió Israel Lancho el 27 de mayo de 2009 (3) y (4). 20 centímetros de profundidad, desgarro del hemitórax. Estuvo a punto de morir. Aunque supongo que para él estos percances son parte de su trabajo o pasión o actividad, no es justo olvidar ese contexto. En la primera foto, muy cercana, (3) Israel Lancho parece lanzar un grito de dolor con el cuerno del toro clavado por debajo de las costillas, en un pulmón. Pero nadie es sensible al dramatismo de la imagen. Los comentarios son, por ejemplo: «k t jodaaan assesinoo», «eso debe de doler!!!! jajajaaj que se joda», «mirar la cara que se le queda!!!ahora no le gusta tanto eehhhh!!!jajjajaaj», «apunta al corazon!!!», «Lastima que tu no te desangraste hasta morir en la arena pedazo de escoria!!», y . En la segunda (4), donde se ve a Israel Lancho en toma abierta colgando del pitón del toro, uno pide: «metele el cuerno hasta el corazon torito venga¡¡¡», mientras que una comentarista celebra: «Torero cabrón! mereces eso y mucho más !!!!!!» y otro disfruta: «dale torito hasta el fondo jajaja». Alguien nota la contradicción y se contradice: «Se lo tienen merecido, pero yo pensaba que la gente que era fan de este grupo era contraria a la violencia».

    Ante eso repito lo que digo en el texto: prefiero la vida de un torero a la de mil toros.

  • Palimp noviembre 10, 2010en1:14 pm

    Maya, no eres la primera que me aconseja empezar por los cuentos. Te haré caso.

    Diego, gracias. Y eso que el libro tampoco es que me haya gustado mucho.

  • Diego noviembre 10, 2010en2:36 pm

    Curiosamente, no entraré en demasiados detalles: existe una extraña historia de amistad entre mi abuelo, totalmente analfabeto, y Hemingway.

    Mi abuelo repetía mucho una frase suya: Beber de este vino alisa el pelo de los huevos.

    Que, al parecer, era lo único que por aquel entonces debería saber decir en español.

    Un saludo

  • felvic noviembre 12, 2010en2:47 am

    Que triste es saber que de los sádicos que no se conforman con disfrutar con un toreo sin muerte del animal, busquen todas las justificaciones para seguir brindando con la sangre de este animal, se encuentre hasta un hombre tan reconocido como Hemingway.

  • The Walking City noviembre 15, 2010en5:17 pm

    El poder económico y político, así como sus voceros los medios de comunicación, se empeñan en describir a los activistas de los derechos de los animales como violentos, agresivos y en numerosas ocasiones son incluso catalogados de terroristas (y no me refiero al ALF, sino a la PETA), cuando la verdad es que las únicas vidas perdidas en el movimiento animalista hasta el momento han sido varios activistas y por supuesto, los animales. El mensaje se repite una y otra vez y cala facilmente entre la población, porque nos hace más fácil rehuir la realidad del sufrimiento y el maltrato animal como parte inherente de nuestra sociedad. A nadie le gusta ver cómo los corderos o los terneros son sacrificados en los mataderos, además, bastantes problemas tenemos ya para pagar el coche nuevo, las vacaciones a Thailandia o el colegio de los niños.

    Hace ya un par de años que me prometí no entrar al trapo en polémicas de blog. La verdad es que me arrepiento de haber incluido mi primer comentario, no porque haya cambiado de opinión, en absoluto, sino por lo estéril de cualquier debate de Internet.

  • Palimp noviembre 15, 2010en5:33 pm

    Yo sigo bastante poco a esos medios de comunicación que cita, así que no sé como los describen. Los mensajes que he puesto en este blog están sacados de páginas de facebook antitaurinas, como por ejemplo esta:

    http://www.facebook.com/album.php?aid=176328&id=252212094202

    No creo que los comentarios estén puestos por voceros de medios de comunicación, sino por personas defensoras de los animales. Sé perfectamente que una cosa es lo que pongan ahí y otra muy diferente como sean en la realidad. Por ejemplo quien pone Qué se joda y se ahogue en su propia sangre, cabrón. Sufre como sufre el toro… seguramente sea un encanto en su vida personal.

    Pero hay veces en las que uno no apoya según que causas por no juntarse con según quienes.

    Por otro lado repito que yo no empatizo con los animales. No me hace falta ningún mensaje mediático ni ningún problema cotidiano. Me he criado en un pueblo y he visto matar muchos animales. He criado un cerdo con mucho cariño y luego me lo he comido. Supongo que a sus ojos seré algo parecido a un criminal, pero yo no me siento nada culpable.

    En ese aspecto tiene razón, cualquier debate será estéril. Eso sí, me importa un pimiento que hayan prohibido los toros.

  • GUEVARA mayo 30, 2012en3:11 am

    YA LO DIJO WILLIAN FOULKER QUE HEMINWAY FUE UN MODELO A SEGUIR PAR LOS NORTEAMERICANOS COLONIALISTAS Y NUNCA TOMO CONCIENCIA NI PARTIDO CON LOS QUE REGRESARON DE LA GUERRA MUTILADOS DESPEDAZADOS, HEMINWAY SOLO FUE UN PRODUCTO DEL NORTEAMERICANO CONQUISTADOR, QUEMEIMPORTISTA , SU VIDA MISMA TERMINO EN TRAGEDIA POR SER CONO FUE INCONCIENTE ANTE EL PELIGRO Y ANTE EL DOLOR DE LOS DEMAS , POR ESO NO ME SORPRENDE QUE NOLE IMPORTARA LA MUERTE Y EL SUFRIMIENTO DEL TORO Y DE LOS DEMAS ANIMALES QUE AHI EN LAS CORRIDAS SE MUEREN A CAUSA DE LA SUPUESTA TAUROMAQUIA EN FIN AL FINAL DE SUS DIAS HEMINWAY RECONOCIO SUS HERRORES Y LLEGO A LA CONCLUSION QUE LOS ANIMALES SON SUS HERMANOS . , LEEAN EL VIEJO Y EL MAR Y VERAN QUE HEMINWAY TRATA DE HERMANO AL TIBURON QUE LLEVA ENGANCHADO AL ANZUELO DE SU BOTE

  • guevara mayo 30, 2012en3:18 am

    lo bueno de heminway fue su estilo literario visual y dirigido a los sentidos tambien sus obras salian de sus propias experiencias vividas claro que nunca tomo parte ni en la politica ni en la religion tal ves por que tenia muchos interes economicos en la venta de sus novelas, que es un gran escritor nadie lo duda , pero mi consejo para las proximas generaciones de escritores es que utilizen si las tecnicas de heminway, pero le adicionen le aumenten algo mas de sicologia y humanismo social de denuncia de justicia social de valor a decir la verdad sin miendo a los poderosos ser un hombre de verdad en la letra y en la practica

  • JESUS M CANTU MONTERREY, NL. MEXICO junio 24, 2014en11:12 pm

    DE LOS LIBROS TAURINOS CREO QUE ES UNO DE LOS MEJORES, PUES HABLA DE SU EXPERIENCIA AL ASISTIR POR PRIMERA VEZ A UNA CORRIDA DE TOROS Y LE RESULTO SER UNA DE SUS MEJORES EXPERIENCIAS EN SU VIDA AL PRESENCIAR EL ESPECTACULO MAS HERMOSO QUE HABIA TENIDO EL PRIVILEGIO DE ASISTIR….A TODOS LOS ANTI TAURINOS QUE QUIZAS APRUEBEN SEGURAMENTE EL ABORTO DE UN SER HUMANO PERO QUE NO PERMITEN QUE MUCHA GENTE INVOLUCRADA COMO MODO VIVENDO PARTICIPE EN LA LIDEA DE UN TORO QUE GRACIAS A SU EXISTENCIA DA EMPLEO A CIENTOS DE PERSONAS EL DIA DE UNA CORRIDA, GENTE QUE VIVE Y MANTIENE A LOS SUYOS GRACIAS A LA LIDEA DEL TORO BRAVO QUE NACIO CON EL PROPOSITO DE MANTENER ECONOMICAMETE A TANTISIMA GENTE INVOLUCRADA EN UNA CORRIDA DE TOROS….SI ES CORRECTO PARA ESTOS ANTITAURINOS DAR MUERTE A UNA CRIATURA HUMANA Y APRUEBEN HASTA LOS MATRIMONIOS GAY, PERO A NOSOTROS NO NOS PERMITEN VER LIDEAR Y MATAR AUN TORO QUE NACIO PARA MOSTRAR SU BRAVURA EN EL RUEDO SER LA MUERTE EN EL RUEDO Y EL TORERO LA VIDA ENFRENTANDOSE A LA MUERTE!!! Y QUE A LA VEZ ES ALIMENTO PARA MUCHISIMA GENTE…..ALGUNOS LES ENCANTA COMER LANGOSTA Y NO LES IMPORTA HERVIRLA VIVA PARA DELEITARSE DE SU SABOR….QUE NO SE ENTROMENTAN ESTOS ANTITAURINOS CON NUESTROS GUSTOS Y QUE SIGAN DISFRUTANDO DE SUS ABORTOS Y DE SUS APOYOS A LOS MATRIMONIOS GAY Y A NUESTRA FIESTABRAVALA DEJEN YA EN PAZ….QUE SE DEDIQUEN A SUS GUSTOS DE APROBAR ABORTOS, A COMER LANGOSTAS TERMIDIOR Y NOSOTROS A LO NUESTRO..

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.