Acabo de comprarme un libro electrónico y descubro que he cometido una estupidez:
Lo que decíamos: el libro electrónico es un timo (te, i, eme, o) por una razón muy sencilla. Y si la gente no se da cuenta YA podría perder millones de euros con este pseudonegocio que va a dejar a más de uno con el culo al aire y eso no es sexy, no, no lo es. Bueno, depende del culo, claro, pero siempre mejor que no, aunque sólo sea por si acaso.
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La razón es muy sencilla, decía: ¿para qué compra uno libros? Pues para impresionar a las visitas. Llegan las siempre incómodas visitas a casa y dicen, anda, cuánto libro, y uno se encoge de hombros y dice, ¿vosotras creéis, visitas? No sé, como estos viejos amigos llevan años conmigo, ya ni me fijo.
No es casualidad que me abra los ojos el autor del primer libro electrónico que he comprado (eso sí, a un precio razonable, y no como otros que esperan que pague 20 euros por un archivo). Pero soy un hombre de recursos y mi ingenio no está en decadencia y ya he pensado la solución.
En mi biblioteca voy a dejar los libros de más enjundia (Quijote, Calderón, Joyce, Proust, etcétera) e incluso seguiré comprando unos cuantos. En el libro electrónico tendré los que realmente se leen (Brown, Ruiz-Zafón, Playboy edición electrónica…). Todo ventajas; seguiré teniendo la imagen de un intelectual intachable y podré leer lo que me gusta sin pasar vergüenza en el metro. ¡Viva la tecnología!
7 comentarios
será que en casa de herrero cuchillo de palo, pero a mí de eso no me gusta ni la idea.
Bueno, yo había pergeñado una solución similar: en mi biblioteca los libros dicen «Joyce», «Proust», «Borges», pero uno los abre y encuentra otros. A Joyce, por supuesto, le corresponden las revistas pornográficas, excepto «Cartas a Norah Barnacle» que es más porno que ninguna. A Proust le convienen las largas sagas de comics de Batman; a Borges, la literatura más superficial de Andahazi. El diario de hoy siempre lo guardo bajo las portadas de algún falso libro de Kafka; la Biblia se esconde tras Tolkien; el Nuevo Testamento, tras Saramago. El libro electrónico está muy lejos todavía de estas pampas, así que uno tiene que arreglárselas con lo que hay…
El 90% del mercado de las librerías está a salvo: de todos los libros que regalan, nadie piensa que se leen, ni el que hace el obsequio.
Tía Gladys: «Juancito querido, mira lo que te trajo Papa Noel, Cartas a mi padre de Kafka, para que no lo leas y te aproveche».
Juan: «Gracias tía, mañana mismo empiezo a no leerlo»
Luis, yo seguiré teniendo libros en papel, pero ya he leído unos cuantos en formato electrónico y como dicen por ahí ‘se complementan’
Seikilos, lo tienes bien montado. Yo también tengo escondida la biblia, pero soy incapaz de tener a Tolkien, ni para disimular. El libro lo compré en china por internet y te lo llevan a cualquier parte del mundo -y no me salió muy caro.
ericz, tienes toda la razón. En Cataluña la situación es todavía más peculiar; como el día de San Jordi el regalo obligatorio es el libro todo el mundo -y cuando digo todo es todo- compra libros. Ahora bien, ¿leerlos? ni el 1%.
jajajajaja muy bueno.
Pero en serio coincido con ericz en que los libros te los regalan para que NO los leas y yo le veo muchas ventajas al libro electrónico como que se ahorra mucho pape y otras desventajas como que dejará a ,muchos escritores con el culo al aire y eso no mola ni es sexy 🙂
A veces – y ya son demasiadas – la decadencia del ingenio decae y resulta ingeniosa, incluso hilarante.
Me quedo con las ganas de más detalles : primeras impresiones,sensación lectora, fotitos, etc … los que están en el momento ‘pero el nuevo’, como tú ahora, deben aprovechar estar en la cresta 😉
Saludos.
Sí, pero victor ¿Cómo regalas un libro electrónico? ¿En un USB? Se seguirán regalando en papel y se seguirán sin leer,,,
Panta, en cuanto tenga tiempo. Me he comprado un ebook atípico que creo que será el estilo que acabe triunfando.