Cátedra, 2003, 2006. 248 páginas.
Tit. Or. Bur is it art? Trad. María Condor.
El título del libro es, posiblemente, lo que muchos se plantean cuando ven ciertas cosas en los museos. Esta cama deshecha ¿es de verdad arte? ¿O me están tomando el pelo? Este libro plantea algunas preguntas y nos da algunas respuestas.
Para empezar es difícil la definición de arte. No sólo en el caos contemporáneo, lo que algunas civilizaciones han considerado arte (la ceremonia del té, por ejemplo) no lo parece a nuestros ojos. En el pasado el arte ha estado muy ligado a ceremonias religiosas y es complicado separar lo artístico de lo litúrgico. Por último no tenemos una teoría estética con la que todo el mundo esté de acuerdo.
Con todo esto se mezclan las nuevas tecnologías, la gamberrada de Duchamp, el mercado del arte ¿sobrevalorado? y un sin fin de aspectos que hacen que tengamos más preguntas que respuestas. El libro hace un recorrido por todas ellas y aunque nos aclara bastantes cosas en ningún momento profundiza demasiado. Es su virtud y su defecto, porque aunque es muy ameno e instructivo, uno se queda con la sensación de que se podía haber ido más lejos. O quizás no, que esto del arte es muy complicado.
Para iniciarse en el mundillo. Otras reseñas aquí: REFLEXIÓN: PERO ¿ESTO ES ARTE?, Pero ¿esto es arte?, de Cynthia Freeland. y Pero ¿esto es arte? Una introducción a la teoría del arte. .
Calificación: Bueno e instructivo.
Extractos:
Otra cosa que no se sabe muy bien si es arte o no (vean las imágenes: Thomas Kindake):
Es evidente que la pintura según receta no produce una obra maestra. Pero siempre ha habido artistas de éxito que se aprovechan de lo que Bourdieu llamaría gusto «bajo» y que Clement Greenberg denominó con la expresión, que tan famosa se haría, de kitsch: una cosa vulgar y popular con gran atractivo para las masas. Un ejemplo más antiguo de kitsch serían las portadas de Norman Rockwell del Saturday Eve-ning Post con escenas de la vida en pequeñas ciudades y alegres reuniones familiares. Más recientemente tenemos a Thomas Kinkade, el autodenominado «Pintor de la Luz» (Marca registrada). En los cuadros de Kinkade, acogedores bungalows y blancas iglesias acogen al contemplador con sus claras ventanas doradas. Se ven casas de campo enjardines salpicados de emparrados de rosas junto a lagos cuyas orillas besan ondas espumosas. Las imágenes de Kinkade se producen en gran variedad de formatos comercializables, entre ellos siete series de ediciones limitadas, así como calendarios, tapices, posavasos, tazas para café, artículos de papelería y tarjetas. Este kitsch se ha impuesto y es coleccionado por gente con ingresos anuales muy altos, de una media de 80.000 dólares. Se presenta en galerías de todo el país, se anuncia en televisión e incluso cotiza en la Bolsa de Nueva York.
Arte y contexto:
En el Capítulo III revisamos la aseveración de John De-wey según la cual el arte es el mejor camino hacia el entendimiento de una cultura. Él pensaba que tenemos que aprender a entender el «lenguaje» del arte de una sociedad diferente, pero luego nos ofrece un significado. El lenguaje del arte no es literal; dijo Dewey que comprender el arte es como comprender a otra persona. Es posible que uno sepa cómo interpretar la sonrisa de la persona a la que ama, pero ¿puede resumirla en una frase? Uno entiende su significado por su conocimiento; el arte también requiere conocimiento del contexto y de la cultura. El arte budista no puede tener un significado cristiano, ni tendría sentido la Caja de Brillo para la gente de la antigua Atenas. Las pinturas puntillistas de los aborígenes australianos se parecen quizá a lienzos del arte moderno de París y Nueva York, pero los objetivos e intenciones de los artistas son muy distintos.
Tanto la teoría de la expresión como la cognitiva sostienen que el arte comunica: puede comunicar sentimientos y emociones o pensamientos e ideas. La interpretación es importante porque ayuda a explicar cómo hace esto el arte. El arte adquiere significado, en parte, de su contexto. Para Dewey, éste es el contexto comunicativo de una cultura. Para Arthur Danto, es el contexto, más especializado, del mundo del arte. Un artista como Warhol crea una obra dentro de una situación concreta que le permite dotarla de un determinado significado. Cuando Warhol expuso su Caja de Brillo, ésta significaba en parte «esto también puede ser arte», a diferencia de las cajas de detergente corrientes que hay en la tienda.
En la página 210 se traduce -supongo- spam por fiambre enlatado.
No hay comentarios