Cuando la realidad supera a House

julio 5, 2007

Seas un seguidor incondicional -como yo- o uno de sus detractores, es innegable que el Dr. House es todo un personaje. Inspirado en Sherlock Holmes su capacidad deductiva en el campo médico es tan impresionante como la del investigador de Baker Street. No hay diagnóstico que se le resista, por complicado que sea.

Pero no todas las historias tienen un final feliz. En el episodio número 10 de la primera temporada, Historias, una indigente entra en una fiesta y cae inconsciente. Para averiguar que le puede estar pasando el equipo del doctor House visita los lugares que aparecen en los dibujos enfebrecidos de la paciente. Finalmente obtienen el diagnóstico: unos murciélagos le han transmitido la rabia. Según lo establecido una vez aparecen los síntomas no hay tratamiento efectivo. La indigente -interpretada por Leslie Hope, la mujer de Jack Bauer en la serie 24– muere.

Un caso real

En octubre de 2004 la joven de quince años Jeanna Giese empezó a perder la sensibilidad en la mano izquierda y se le debilitó la pierna izquierda. También tenía visión doble y, tras pasar una semana ingresada en un hospital local, empezó a manifestar letargo y falta de coordinación. Parecía un típico caso de encefalitis. Como las imágenes de su cerebro eran normales y no mostraba síntomas de infección la enviaron al Hospital Infantil de Wisconsin.

Nunca hubieran descubierto que le pasaba si el médico local de Jeanna Howard Dhonau no hubiera seguido uno de los consejos básicos que se dan a los estudiantes: volver a preguntar lo que había sucedido. Descubrió que un murciélago se había estampado contra una ventana interior de su iglesia y que al recogerlo le había mordido en un dedo. La rabia era una posibilidad.

Tras analizar el transcurso de la enfermedad, realizar diferentes pruebas y descartar definitivamente otras enfermedades como la Polio o el virus del Nilo Occidental confirmaron el diagnóstico. No se conocía ningún caso de supervivencia tras mostrar los sintomas: Jeanna estaba condenada y lo único que podían hacer era mitigar sus dolores antes de la muerte.

Buscando lo imposible

El doctor Rodney E. Willoughby Jr. no es House, pero decidió no tirar la toalla. Como cualquier alternativa era mejor que una muerte anunciada se dedicó a una exhaustiva investigación; quizás existiera algo que podría ayudar a su paciente.

Consultó la bibliografía médica en la red, pero no apareció ningún descubrimiento reciente. Consciente de que hay un retraso entre la investigación y su publicación se puso en contacto con Cathleen Hanlon, experta en rabia del CDC. Pero la doctora Hanlon no tenía buenas noticias; no había surgido ningún avance prometedor. Buscó en tratamientos experimentales que se estuvieran probando en animales: no encontró nada, pero empezó a pensar en un enigma que desconcierta a los expertos. En el cerebro de los pacientes que mueren de rabia no se detecta ninguna anomalía. El sistema inmunitario humano acaba derrotando al virus, pero demasiado tarde.

El problema está en que el cerebro infectado por el virus de la rabia mata al paciente antes de que el sistema inmunitario esté preparado para acabar con él. Esto le indicó una posible solución: si se pudiera desactivar el cerebro mientras el virus está vivo se podrían evitar los daños para el organismo.

El milagro

El plan era inducir un coma a la paciente mientras seguían tratándola. Reunieron a un equipo de expertos; Michael Chusid, experto en enfermedades infecciosas, Kelly Tieves y Nancy Ghanayem tenían experiencia en minimización de trastornos cerebrales, Catherine Amlie-Lefond, neuróloga especializada en infecciones víricas, Mike Schwabe, experto en epilepsia y George Hoffman el anestesiólogo. Se le suministró ketamina y midazolam para inducir el coma, porque se había descubierto que la ketamina inhibía el virus de la rabia en las neuronas corticales de la rata. Varios antivíricos se encargarían de apoyar al sistema inmunitario; amantidina -que también desconectaría los receptores NMDA neuronales y ribavirina, antivírico de uso general que, aunque se había demostrado ineficaz en pacientes de rabia, fue recomendado por el experto.

El sistema inmunitario tardaría entre cinco y siete días en fabricar anticuerpos pero, aunque estos fueran eficaces, la paciente podía quedar incapacitada. Cuando la sacaron del coma todavía tenía parálisis total. Al día siguiente intentó abrir los ojos. A los doce días se incorporó en la cama. Todavía tenía problemas para hablar o deglutir, y William Rhead, genetista del hospital, le diagnosticó deficiencia de biopterina. Tras la administración de biopterina progresó a buen ritmo y abandonó el hospital el uno de enero de 2005. Hoy está totalmente recuperada y este año acabará sus estudios de secundaria.

Un caso único

Este protocolo se ha probado en otros pacientes y no ha funcionado, quizás por que no se haya seguido al pie de la letra o porque el virus de la rabia de los murciélagos sea más débil que el transmitido por perros. Queda abierta la investigación para que en el futuro la rabia deje de ser una enfermedad mortal. Se haya encontrado o no un protocolo efectivo, seguro que este es un caso que le hubiera gustado firmar al doctor House.

Los datos de esta entrada se han extraído del artículo del doctor Rodney E. Willoughby Jr. publicado en el Investigación y Ciencia de Junio de 2007.

Actualización:Al-Kit nos pasa el enlace al paper del caso:Survival after Treatment of Rabies with Induction of Coma

12 comentarios

  • NeverMore julio 5, 2007en2:32 pm

    Te recomiento un clásico de la literatura científica.
    Cazadores de microbios de Paul de Kruft.Editorial Salvat 1986-
    El original es de 1926 y se lee casi como una novela
    policiaca: es apasionante. Si lo hubiera leído en 1986,
    quizás ahora sería patólogo.
    Tu post me ha motivado a recordar y a poner este libro en el montón de
    releer en Agosto.

  • Vigo julio 5, 2007en7:45 pm

    Por un lado recalcar que el camino de la ciencia esta lleno del duro y anónimo trabajo de grandes investigadores que se dejan horas y horas en sus experimentos. Por otro lado me dá un poco de yuyu que por ejemplo alguien pueda tener un cáncer mortal y le congelen, esperando encontrar una cura. Cosas así podrían crear paradojas temporales: un hijo que tiene más edad que un padre, y cosas del estilo.
    Pero supongo que la ciencia debe seguir avanzando con firmeza.

  • Francisco Ortiz julio 5, 2007en8:43 pm

    Interesantísimo caso, que agradezco mucho que cuentes, y que es la contracara de tanta noticia y noticiario negativos que campean por ahí, a sus anchas.

  • Palimp julio 6, 2007en10:52 am

    Nevermore, fíjate que tengo la colección Salvat casi completa, y ese número -el 83- no lo tengo… Tendré que rebuscar más en mercadillos de viejo.

  • Palimp julio 6, 2007en10:55 am

    Vigo, en este caso no lo congelaban, le inducían un coma -aunque no sé que es peor-. Supongo que entre morir y una paradoja, perfiero la paradoja.

  • Palimp julio 6, 2007en11:03 am

    Es curioso que digas eso, Francisco, porque yo siempre he pensado que revistas como Investigación y Ciencia son literatura de evasión; siempre hay progreso, lo que es una buena noticia.

  • MeZKaL julio 6, 2007en8:18 pm

    Es bonito ver que a pesar del resurgimiento de las pseudociencias, el avance del creacionismo y demás martingalas la ciencia sigue avanzando y sigue habiendo gente que piensa en salvar a sus pacientes sea como sea.

    Estoy convencido de que el Dr. Dhonau entendió por fin de que le sirvieron tantos años de carrera.

    Mientrastanto en España seguimos en la cola del mundo en investigación…..
    A ver si la designación de Bernat Soria como ministro de sanidad le da un poco de empuje al tema.
    Cito de El País:
    «Bernat Soria ha destacado su compromiso con la investigación biomédica y científica y ha dicho que España, que es la «octava potencia mundial» en indicadores económicos y en algunos sociales, debe serlo también en el campo de la investigación y «a ser posible la quinta o la sexta».»

  • Palimp julio 7, 2007en12:53 pm

    Pues sí, al margen de tanto alternativismo la ciencia sigue… por suerte para nosotros. A España le falta mucho para ser una potencia en investigación, pero podría conseguirse. Estamos en un buen momento.

  • inma julio 12, 2007en11:10 pm

    Muy , pero que muy interesante . Yo también soy adicta a la serie HOUSE y el personaje me encanta . Esa cabezonería en encontrar respuestas , esa mala uva necesaria para un personaje como él ( os lo imagináis sonriente, cediendo el paso en el hospital y colaborando en una ONG ? ). El texto que has escrito posteriormente ha sido como un alivio entre tanta noticia diaria desagradable . Es la esencia de que está hecha la investigación . Personajes peculiares que no se rinden y que sin hacer mucho ruido buscan un porqué. Me ha encantado.

  • Palimp julio 13, 2007en1:01 pm

    Eso es lo que pensé yo cuando leí el artículo; así es como funciona la investigación y, de tanto en tanto, se consiguen milagros. Milagros laicos, que son los mejores.

  • Al-Kit enero 14, 2008en5:01 am

    Soy consciente de que la noticia es vieja pero bueno, he llegado aqui por casualidad, recuerdo leer este articulo y como buen fan de House no se como se te ha pasado una cosa: La ketamina es la misma sustancia que usa house en el último capitulo de la segunda temporada.

    No se si os interesa pues no se cual es la tematica del blog pero tengo el paper del caso:http://content.nejm.org/cgi/content/abstract/352/24/2508

  • Palimp enero 14, 2008en7:41 am

    ¡Cierto! Me temo que me centré demasiado en el artículo del Investigación y Ciencia. Gracias por el dato y por el enlace al paper, lo subo a la entrada.

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