Si otras obras se denominan ‘Novela gráfica’ esta debería llamarse ‘Colección de relatos gráficos’.
El subtítulo hace pensar en una vida de desfase, a tope de sexo, drogas y rockanroll, pero no es así. Hay viajes en autostop, trabajos y casas de mala muerte, y también, por supuesto, sexo, drogas y música. Pero son historias autobiográficas, bastante intimistas, casi poéticas, de la vida de un joven a la deriva.
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