Llevo unos días bastante más estresado de lo habitual por razones que explicaré por aquí si las cosas salen bien, lo que ha provocado:

a) Que haya gastado todas las reseñas ‘enlatadas’ y se me hayan acumulado más de treinta libros por reseñar (pueden verlos -y hacer peticiones- en mi tag pendientes de flickr).

b) Que no haya tenido tiempo para contestar comentarios ni comentar en bitácoras ajenas.

c) Que no haya podido poner ninguna noticia estos días.

Es costumbre entre los blogueros justificarnos cuando no atendemos el blog como creemos que se merece. Siempre he creído que más que ante los lectores nos justificamos ante nosotros mismos. En cualquier caso aviso de antemano que hasta que se acabe el proyecto ‘un día, un libro’ -ya falta poco- deberán disculpar mi falta de interactividad y, ocasionalmente, mi brevedad con algunas reseñas.

Una vez dicho esto comentarles que, tal como indicaba Tio Petros, el Cuchitril ya ha superado las 100.000 visitas, como puede verse en esta captura de pantalla:

(Sí, yo fui el visitante número mil y me obsequié con un libro a elegir y una cena en un bar de tapas)

Con los contadores uno nunca puede estar seguro, pero desde noviembre tengo un contador propio de visitas para englobar las diferentes páginas que tengo publicadas (el antiguo cuchitril, la página principal, etcétera…) y ya lleva contabilizadas unas 30.000 visitas. Hace poco he tenido que contratar más ancho de banda porque había superado mi cuota mensual. Así que podemos decir que este blog va viento en popa. Gracias a todos los lectores por darme estas alegrías.

Que no participe mucho no quiere decir que no siga leyendo lo que se publica en la blogosfera, y hace poco The Happy Butcher me mandaba el meme de los cinco hábitos extraños. Estuve pensando mucho tiempo porque soy una persona bastante normal, pero al final conseguí encontrar cinco ¿hábitos? relacionados con la lectura que poner aquí:

1.- Cuando estoy escuchando música -siempre- y tengo que irme a otro sitio no lo puedo hacer hasta que no ha acabado la canción.

2.- No pongo nunca el Winamp en modo aleatorio porque si escucho una lista de canciones no quiero escuchar os veces una y, lo que es peor, dejarme alguna sin escuchar.

3.- Relacionado con lo anterior acabo todos los libros que empiezo. Sólo tengo dos excepciones y fue porque eran ‘místicos en serio’.

4.- Cuando descubro un autor nuevo que me gusta me vuelvo monotemático e intento leerme toda su producción. Por eso están apareciendo tantas reseñas de Pratchett y Shakespeare. Lo tenía más fácil cuando tenía una buena biblioteca a mano.

5.- Siempre llevo un libro conmigo ‘por lo que pueda pasar’. Una vez tuve que estar esperando doce horas en un pueblo con sólo un libro y me lo leí dos veces. De viaje a Logroño otra vez se retrasó el autobús y también se me acabó la lectura. Desde entonces en estos casos siempre llevo el doble de lo necesario, por si acaso.

Bonus track: leer siempre, en cualquier sitio, de cualquier manera; en el metro, andando, antes de dormir, en el gimnasio, de pie, tumbado…

Movido por la curiosidad le pregunté a mi mujer cuales consideraba que eran mis hábitos extraños. Espero que no se asusten:

1.- Coger las cosas del suelo con los pies.

2.- Cortarme las uñas de los pies sin utilizar ningún instrumento (intenten imaginar como).

3.- Cantar y pegarme un bailecito cuando me sale bien algo.

4.- Tocar continuamente mi anillo de casado (en general, siempre estoy haciendo cosas con las manos).

5.- Organizar bien los cacharros en la fregadera antes de fregarlos.

No invitaré específicamente a nadie, pero cualquier lector de este Cuchitril puede recoger su invitación.