Editorial Muchnik, 1994. 526 páginas.
Tit. Or. Masse und macht. Trad. Horst Vogel.
Con esto del reto 2008 empecé a buscar autores de cada uno de los países de la CEE. En Bulgaria me encontré a Elias Canetti. El nombre me sonaba aunque no había leído anda suyo, así que decidí ponerle remedio. Como soy más chulo que los de Bilbao elegí Masa y Poder, del que había leído:
… es uno de los ensayos del siglo XX más ambiciosos, en el que el Nobel búlgaro abordó de raíz el fenómeno del totalitarismo.
…ensayo al que dedicó décadas de trabajo y del que siempre anheló que fuese su mayor logro
¡Al saco! Empiezo la lectura y la primera frase que me encuentro es la siguiente:
Nada teme más el hombre que ser tocado por lo desconocido
Sigue con una explicación de que la ropa, las casas, etcétera nacen de este temor a ser tocados. En el sentido literal. Siempre me ha maravillado la gente que es capaz de hacer estas afirmaciones sin despeinarse. No hace falta ofrecer argumentos, datos o estudios, sólo tener la frase lapidaria, impactante, y dejarla ahí. ¿De verdad es ese el mayor temor del hombre? ¿Seguro que tenemos ropa y casas para que nadie nos toque? ¿No será para protegernos de la lluvia y el frío?
Mal comienzo; seguí leyendo con prevención, pero mi estupor iba en aumento. Esperaba enjundia y me encontraba afirmaciones pedestres sin mucho sentido. Si el libro lo ha escrito pepito pérez puedes pensar que es un cantamañanas, pero si lo ha escrito todo un premio Nobel dudas ¿será que soy gilipollas? Pero cuando en la página 44 afirma sobre los bacilos que
Su peligrosidad y la concentración de tan gran número en un espacio muy pequeño lo han tomado, sin duda, de los diablos
Tenía ganas de tirar el libo por la ventana. Como es de la biblioteca me contuve, y acabé de leerlo porque me daba pereza buscar otro autor de Bulgaria y porque la mitad del libro son leyendas de diferentes pueblos que sí que son interesantes. Eso sí, tuve que sufrir que al describir el carácter de las naciones a los españoles nos identifiquen con los matadores -toreros-, que al describir el acto de despiojarse entre los chimpancés -correctamente identificado en el texto que reproduce como actividad social- sólo le llame la atención la finura de los dedos, pero el colmo llegó cuando al presentar los aspectos del poder empieza a describir que significa estar de pie, sentado, en cuclillas… Ahí creo que la mitad de mis neuronas entraron en coma.
Durante todo el proceso sufría una disonancia cognitiva. La fama del escritor y las numerosas anotaciones y marcas de página que tiene el ejemplar indican que se trata de un ensayo importante. Pero a mí me parecía un montón de tonterías a las que no les veía el sentido. Cuando acabé el libro corrí a internet a buscar más información sobre el libro, el enigma tenía que aclararse. La solución la encontré en este enlace: Sobre Masa y Poder, de Elías Canetti:
Pese a cuanto se lleva dicho sobre la polémica de Canetti con Freud, lo cierto es que Masa y poder tiene muchos rasgos de los que consideramos propios del pensamiento freudiano.
Acabáramos. Ya expliqué en esta entrada: Sigmund Freud, Los Sueños mi opinión sobre Freud, así que es normal que este libro me parezca un fiasco. Debería haber escogido una obra de ficción, porque aunque el psicoanálisis no tenga ningún fundamento científico ha dado muy buenos frutos en la ficción, como en el caso de Arthur Schnitzler.
Si su mente tiene algo de estructura científica, ni se acerque a este libro.
P.D. Leyendo esta entrevista a Mario Bunge en El País: Las frases de Heidegger son las propias de un esquizofrénico veo una frase perfectamente aplicable aquí: era un pillo que se aprovechó de la tradición académica alemana según la cual lo incomprensible es profundo. Claro que esta es mi opinión personal, otros tienen mejor opinión de él: Elias Canetti: un pensador desubicado
Reto 2008: Bulgaria.
Escuchando: Dulce Travestista. Mexican Rocky Horror picture show.
Extracto:[-]
El estar de pie
El orgullo de quien está de pie es que está libre y que en nada se apoya. Ya sea porque influya en el estar de pie un recuerdo de la primera vez, cuando niño, se sostuvo de pie solo; o porque intervenga la idea de una superioridad sobre los animales, de los que pocos se mantienen sobre dos patas libre y naturalmente: el hecho es que quien está de pie se siente independiente. Quien se ha* levantado se halla al final de un cierto esfuerzo y es lo más alto que puede llegar a ser. Pero quien permanece ya largo rato de pie expresa una cierta fuerza de resistencia; bien porque no se deje desplazar de su lugar, como un árbol, bien porque puede verse entero, sin temor u ocultarse. Cuanto más serenamente está parado, cuanto menos se vuelve y mira en diferentes direcciones, tanto más seguro parece. Ni siquiera teme un ataque por la espalda, a pesar de que allí no tiene ojos.
Una cierta distancia con respecto a quienes están a su alrededor, realza a quien está de pie. Quien está solo, separado por una especie de lejanía, de pie frente a muchos otros, aparece especialmente alto, como si estuviese de pie por todos ellos a la vez. Si se acerca a ellos, procurará estar sobreelevado; y si se ve mezclado entre ellos, se lo alzará en hombros y se lo portará en andas. Así, sin embargo, pierde su independencia y es como si estuviera sentado sobre todos ellos juntos.
El mantenerse de pie produce la impresión de energía aún no gastada, porque se lo ve como el comienzo de todo desplazamiento: de ordinario se está de pie, antes de echar a andar o a correr. Es la posición central, de la que se puede pasar sin transición bien a otra posición, bien a cualquier forma de movimiento. Se tiende pues a suponer una mayor tensión en quien está de pie, también cuando sus intenciones sean muy otras; pues quizás en el próximo momento se acostará a dormir. Siempre se sobreestima a quien está de pie.
Hay siempre una cierta solemnidad cuando dos hombres se conocen entre sí. De pie intercambian sus nombres, de pie se tienden la mano uno a otro. Con ello se honran, pero también se miden, y pase lo que pase más tarde, su primer contacto real, «de hombre a hombre», fue de pie.
En países en los que la independencia de la persona parece tan importante que se la desarrolla y acentúa de todas las maneras, se permanece más a menudo y por más largo tiempo de pie. Los locales en los que se bebe de pie, en Inglaterra por ejemplo, son especialmente estimados. El cliente puede partir en cualquier momento y sin mucha ceremonia. Un movimiento mínimo y discreto le permite apartarse de los demás. Debido a ello se siente más libre que teniendo que levantarse dificultosamente de una mesa. El incorporarse sería como una comunicación de su intención de alejarse, restringiría su libertad. Incluso en sus reuniones privadas los ingleses aman estar de pie. Con ello dicen ya al llegar que no se quedarán mucho. Se mueven libremente y pueden, puesto que están de pie, apartarse sin mucha ceremonia de uno y volverse hacia el otro. Ello nada tiene de llamativo y nadie se siente ofendido. La igualdad dentro de un determinado grupo social, una de las ficciones más importantes y útiles de la vida inglesa, se acentúa muy en especial cuando todos tienen la ventaja de estar de pie. Así nadie queda sentado «por encima del otro», y los que se quieren hablar pueden salirse al encuentro.
54 comentarios
Enésimo ataque con mucho insulto y escasa argumentación.
No soy el tipo de persona que va dicendo pedanterías en reuniones sociales porque no voy a ninguna, pero ¿Qué más da como se llegue al libro? Como si otras razones fueran mejores; por la portada, por el título, porque está de moda, porque te lo dice un amigo… Lo importante es el contenido, y este libro me decepcionó muchísimo.
Me gusta su punto 3.1 porque pese a poner en mi boca palabras que no he dicho, intenta argumentar algo. Leyendo el libro queda bastante claro que Canetti habla de contacto físico, pero no me extraña que intente utilizar el argumento de la alegoría, a la iglesia le ha funcionado muy bien. No es que Canetti hablara del contacto físico, hablaba de otra cosa (como ser tocado por la muerte). Si fuera el caso, que no lo creo, entonces las conclusiones no funcionan tan bien, porque sigo pensando que si usamos ropa es por el frío (y porque no nos salpique el aceite al freir un par de huevos) no por protegernos de ese miedo a lo desconocido.
¡Ah! En mis tiempos mozos alguna chica me dijo que no, pero no me dio el jamacuco existencial que usted describe. Supongo que a usted sí le pasa, le aconsejo que se tome la vida un poco más a la ligera.
No es culpa de Canetti que la gente lea libros sin entenderlos, pero sí de no hacerse entender. La prueba está en que he investigado sobre este libro, he buscado información e internet, he escuchado conferencias y he aguantado todo tipo de comentarios aquí, y nadie (ni sus acérrimos defensores) parece saber de qué hablaba Canetti. Que cada cual saque sus conclusiones.
A lo mejor algún día pese a mi estupidez recibo una iluminación y entiendo este libro. Pero de lo que estoy seguro es que no será gracias a los cantamañanas de sus defensores.
Si sólo seguiste leyéndolo porque te daba pereza buscar otro autor búlgaro, eso expresa literalmente todo de ti. Que pena.
Maldita pereza, me hubiera podido ahorrar mucho sufrimiento.
A manifestación, dende dentro