Recuperar a un trasunto de Roberto Alcázar como un castizo capitán América es sólo una de las muchas genialidades de este cómic. El secuestro de la candidata popular perfectamente reconocible, la reunión de los trasuntos de Podemos, el lugar donde descansaba este superhéroe español -que recuerda al Marvin de Miller- todo es de quitarse el sombrero.
Me quedo con ganas de saber cómo concluye la serie. Cada día más enamorado de la labor de Santiago García como guionista.
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