Cuatro viñetas le bastan al autor para contar unas historias de humor negro y corrosivo. A veces se abusa de lo asqueroso con abundancia de jeringuillas y detritus varios, pero otras son obras maestras de la mala leche que te arrancan verdaderas carcajadas.
Ojo porque el autor es también guionista de Bob Esponja, a mí personalmente me encanta, pero igual a algún padre le sale sarpullido.
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