Umbriel Editores, 2003. Trad. Juanjo Estrella.
Tit. Or. The Da Vinci Code, 2003. 557 pag.
Un librito sobrevalorado
Bueno, el tercer ‘código’ que me leo esta semana, y es que en San jordi me regalaron ‘El codigo Pontifex’, ‘El código Aretusa’, y ‘El código Da Vinci’, tres libros famosos cada uno en su ámbito y de los cuales el más conocido es, en mi opinión, el peor (Con diferencia).
Reconozco que tenía curiosidad por leer este libro. Normalmente huyo de los best-sellers como de la peste, pero de tanto en tanto me leo alguno de los de ‘fama mundial’, más que nada para ver si me pierdo algo, o, en caso contrario, para poder criticarlo con conocimiento de causa. Y, en este caso, las referencias a códigos, enigmas, Leonardo Da Vinci me llamaban la atención. No tanto como para comprarlo nuevecito, pero si para aceptar con cariño el regalo y leerlo.
¿Y que tal está? Me temo que deberé quitarme el sombrero de pedante para comentarlo. Y aun así me parece bastante flojito. Tiene sus virtudes; es cierto que engancha y que estás esperando para saber que ocurre al final, también hay que decir que las ‘citas eruditas’ no cometen errores de bulto (al menos en lo poco que mi culturilla puede opinar y para lo estándares de un bestseller, no estamos hablando de un ensayo). Pero, como en todos los bestsellers, los personajes son totalmente planos, y la trama de intriga tiene algún que otro fallo; a veces los personajes son un poco inútiles (y *spooiler* en el comienzo del libro ya empezamos bien; Silas, para averiguar donde se esconde lo que busca -no voy a revelar demasiado- busca a cuatro personas, estas personas, amenazadas de muerte, le dicen que lo que busca está en un sitio determinado, las cuatro coinciden, y, en vez de sospechar por lo extraño de que cuatro personas sin ponerse de acuerdo le digan lo mismo -para mí, prueba palmaria de que estaban mintiendo- se lo traga hasta el fondo *fin spoolier*).
Además, el autor es un poco tramposillo y nos oculta información de la que ya disponen los protagonistas (tipo, y es un ejemplo no del libro: cuando vio el rostro del asesino no pudo ocultar su sorpresa, nunca lo hubiera podido imaginar….sigue unas páginas…porque cuando cruzó la calle aquel día de marzo….más páginas…estuvo al lado del asesino, casi durmió a su lado…más páginas….y nada le podía haber hecho sospechar que el asesino era el mayordomo ¡ya era hora que lo dijeras!), algo que, aunque mantiene el interés es bastante artificial. Y no hablaré de algún que otro cabo suelto, ya que, por una vez, el autor es benigno y al final no comete la triquiñuela de dejar nada en el aire; todo se explica con pelos y señales.
De la historia, no quiero explicar mucho, porque estropearía las sorpresas; un erudito americano, invitado a dar una charla en París, es llamado para ayudar a la policía a resolver un misterioso asesinato acontecido en el Louvre. Con la ayuda de la nieta del asesinado, y perseguidos por una organización religiosa dirigida por un personaje misterioso, deberán resolver los enigmas que se les han presentado para encontrar algo muy importante y, de paso, salvar su vida.
Aunque el libro no entrará en la historia de la literatura, hay bestsellers peores, se deja leer, y además el autor, conociendo que hoy en día los principales lectores son femeninos, deja respirar un espíritu de ‘feminismo light’ que a buen seguro encantará a mujeres y hombres ‘políticamente correctos’. Como decía en otro post, pero al revés; si andas buscando literatura decente, mejor que busques en otro lado. Si quieres una lectura agradable para pasar el rato, súbete al carro de los millones de lectores de este libro y no creo que te defraude.
P.D. Sigo sin entender el por qué el 90% de las personas que veo en el metro y ferrocarril están leyendo este libro o el de ‘Ángeles y demonios’.
(Un día, un libro 29/365)
18 comentarios
Compré El Código Da Vinci cuando salió en las librerías. Me leí el 70% del mismo. No me gustó. Nada, de nada. Le cogí manía. El autor me pareció antipático. Lo tengo apartado y cuando se pase mi rabieta quizás (sólo quizás) lo retome. No sé qué me ocurrió con él. A lo mejor me esperaba otra cosa después de la publicidad que lo había lanzado. Fue como darme cuenta de que en el caso de ser un hombre y haber ligado con una rubia de grandes pechos… descubrir que sólo tengo una muñeca hinchable con la voz de Gracita Morales y la inteligencia de Malena Gracia.
En fin… todo llegará.
Yo cuando me lo leí no me desagradó demasiado; no entendía el por qué de tanto éxito, pero tampoco me salió sarpullido. Además, al ser un regalo, me lo miré con cariño.
Con el paso del tiempo le he ido cogiendo paquete, y ahora no puedo ni verlo.
Bueno, yo no he sido capaz de terminarme «El perfume», simplemente no me creo lo que me están contando, y aún no conozco a nadie que no le haya gustado.
Debo de reconocer que a mí El perfume me gustó. Pero leí la siguiente… no me acuerdo del título. De lo que sí me acuerdo es del asco que le tengo a las palomas , algo así como las ratas con plumas…
ajjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjj
Aunque me gustó ‘El perfume’, no me levantó las pasiones desaforadas que leo por ahí. Tampoco el otro que leí de él, que es el mismo que has leído tú, Vailima, y del que tampoco recuerdo el título…
«LA PALOMA» Palimp, se titulaba La Paloma. Aunque yo hubiera optado por «La rata palomera» o «Cómo le entran a uno las ganas de vomitar cuando un bicho con plumas le mira desde el rellano de la escalera»
Sí, sí. El último título me gusta más. Quizás un pelín largo…
Sí, ese es; y creo que se lo pillé a una amiga de San Sebastián…
Que tal ¿Mis amigas las palomas? 😛
Y bueno primero al punto. En México se lee el Código como pan caliente en el metro y cafererías más snob, cuando sabes de lo que se trata da risa y comentan muchos que Tutankamon tiene mejores misterios. En fin, de lo segundo, el Perfume, lo he regalado y prestado a varios personajes de mi vida para que entiendan lo que es oler en demasía. Tengo ese defecto de percibir olores tremebundos. Buen libro si no esperas un final romántico.
«El código da Vinci» me parece de una baja calidad literaria. No suelo leer ese tipo de libros, pero, como en su caso, fué un regalo. Lo curioso es que aún reconociendo que me pareció mal escrito, me enganchó, y además me resultó divertida toda la polémica que el Opus Dei levantó en torno a él. Y siguen estando furiosos con la imagen que el libro da de la Obra. Me conecto a veces a páginas opusianas sólo para ver la furia con la que arremeten contra él. Contra él y contra todos los que no hemos sido tocados con esa varita mágica que te da la fé y te llena de certezas ,y te concede el conocimiento de la «verdad absoluta». Leo blogs desde hace muy poco, y por fin he encontrado uno que me gusta. Por cierto, creo que me he perdido algo, ¿qué tiene que ver el «Código» con «El perfume»?
Violeta, se bienvenida. No sabes la alegría que me causa que te guste este humilde blog. :D.
Esta clase de libros pueden enganchar; pero después te quedas con la sensación de ¿Y, que más? He leído unos cuantos (Los pilares de la tierra, el médico, el ocho,…) sólo por si me perdía algo. No me lo perdía.
Supongo que tiene que ver que es otro libro que gusta a todo el mundo y a Luis no le gustó demasiado…
gracias por tu bienvenida. A mí también me causa alegría haber encontrado un blog que me guste. Estoy de acuerdo contigo en que no te perdías nada por no leer ese tipo de libros, yo piqué sólo con El código, porque todo el mundo hablaba de él, pero no le encuentro el valor. «El ocho» y otros por el estilo ni los terminé. Cada vez el tiempo es más valioso como para perderlo.
y, por cierto, me estás creando adicción, en cuanto enciendo el ordenador voy a mirar si has escrito algo nuevo. Lo que me faltaba, otra dependencia más…
Lo dicho; conseguirás que me sonroje…
A mí me regalaron el Código en Navidades, y la verdad, aún no he encontrado un motivo para ponerme a leerlo, excepto uno decisivo: intento leer SIEMPRE los libros que me regalan, lo considero «cortés». Otra cosa es el cuándo, sobre todo con la pila de libros por leer que tengo con mejores referencias.
La verdad, Palimp, leo bestsellers por la misma razón que tú. «Pilares» me pareció un libro entretenido, casi como la novelización de una serie de televisión, mientras que «El Ocho» me decepcionó profundamente, probablemente porque no sabía nada de él cuando lo leí.
Luis, yo conozco más gente a la que no le gustó «El perfume»; a mí particularmente me maravilló («pasión desaforada», como dice Vailima :D), de hecho me lo leí de una sentada, hace años. Lo de que no te creas lo que te cuentan, bueno, es claro que es un libro de ficción…
A mí me paso lo contrario; el ocho me pareció entretenido, pero ‘los pilares’ me decepcionaron -y eso que no esperaba demasiado-.
Anda! Menudo rediseño le has dado al blog!! 😀 Está un montón de bien, voy a apuntar en un post-it que actualize la dirección nueva 😉
Bueno, me voy a centrar en el tema del post, yo en su día huí de leerlo, recuerdo que llegue a ser uno de los poquísimos que no lo había leído, aunque como dices, tenía curiosidad y a la vez una necesidad de opinar con fundamento.
Dejando de lado la calidad del libro, no entiendo tanto jaleo. Yo creo que el truco fue que se vendió como best-seller. Es más, llegó aquí como un éxito de ventas y así se consiguió que la gente acudiera a toda prisa a comprarlo, aunque me molesta un poco algunas pifias históricas que comete el libro, sobre todo cuando hay mucha gente que dice por ahí que «relata sucesos verídicos». He aquí una buena colección de las pifiadas del libro:
http://www.pensar.org/2004-03-libros.html
Saludos!!
Hola, Porras. Sí he pegado un pedazo de cambio -con un diseño totalmente pirateado-. Gracias por el link!!
Cuchitril Literario » Witold Gombrowicz. Ferdydurke.