Ajec, 2010. 284 páginas.
Tit. Or. At the city limits of fate. Trad. María Fernández Gutiérrez.
Frontera
Hace un rato dejaba un comentario en Das Bücherregal sobre la pregunta ¿Qué es ciencia ficción? Hay autores a los que es difícil clasificar, y aunque Michael Bishop puede ser encuadrado sin ningún problema en este género, sus relatos se mueven en la frontera de la literatura general. Los incluidos en este libro son:
Principios
000-00-0000
Instantáneas de la Plaga de Mariposas
Entre los Manejadores
En los Subrubios del Destino
Epistrophy
Así Recuerdo Cartago
La Mano de Allegra
La Hora de Dios
En la Sala del Recuerdo
La Vida Considerada como un Puzle de Gatos muy Lustrosos
Leyendo la Seda
Música de Carámbanos
Las Miniaturas del Omatidio
Yo, Iscariote
Aunque hay de todo y algunos me han dejado algo frío, otros son verdaderas obras de arte, destacando, a mi juicio, La Vida Considerada como un Puzle de Gatos muy Lustrosos que contiene lo mejor del autor: un relato escalonado, por fragmentos, subjetivo, en el que la ciencia ficción es un telón de fondo que está integrado pero que no sustenta la narración. En otros casos las ideas son buenas, como en Yo, Iscariote, un juicio virtual a un Judas resucitado en el ciberespacio, pero la resolución, sin ser mala, no está a la altura.
El conjunto merece la pena, porque los que no son redondos están bien escritos y no te dejan indiferente. Aquí otra crítica: En los suburbios del destino.
Calificación: Algunos muy buenos, otros interesantes, ninguno malo.
Un día, un libro (108/365)
Extracto:
Tu instituto está lleno de gatos. Gatos buenos, gatos malos, gatos perdidos, gatos muertos. Algunos son humanos, otros no.
Diseccionas un gato en el laboratorio de biología. Sobre una base de yeso blanco, sujetada con alambres, yace el esqueleto blanco de un cuadrúpedo que el señor Osteen —también entrenador de atletismo y sóftbol femenino— asegura que era un ejemplar de Felis catus, el gato doméstico común.
Con una evidente palidez y el cráneo frágil y grotesco, este esqueleto parece de la prehistoria. Pamela van Rhyn y dos o tres chicas más quieran saber de dónde proceden los gatos del laboratorio.
—De una empresa de suministros científicos —responde el entrenador Osteen—. El mismo lugar de donde conseguimos las ranas, los portaobjetos para microscopios o los insectos de la vitrina de exposición —dice señalando con la cabeza.
—¿Y de dónde los saca la empresa de suministros? —pregunta Pamela.
—No lo sé, Pammie. Quizás los críen. Quizás sean gatos abandonados. ¿Se te ha perdido alguno?
En realidad, se rumorea que el señor Osteen encontró un gato vivo detrás de las gradas del campo de atletismo, lo cloroformizó, se lo llevó a casa y lo metió en una olla para hervirlo en un fogón que guarda en el sótano. Debido al olor, su mujer pasó una semana en Augusta con su madre. Se rumorea que los amantes de los gatos de los alrededores deberían guardar bien a sus mascotas.
Mientras cortas la cavidad torácica del espécimen proporcionado por la empresa de suministros, sientes que pierdes el control. Eres el único chico que hay en el laboratorio del entrenador Osten al que le entran náuseas y una sensación agobiante de repugnancia; el único chico, con las palmas sudorosas y mareado que ha de salir del aula. La aparente deshonra de tu salida no es considerada como tal por Pamela, que estando en el despacho de la enfermera Mayhew queda en reunirse esa tarde contigo en Huddle House.
—Este es el corazón —puedes oír todavía a Osteen—. Parece una fresa de goma mojada, ¿verdad?
5 comentarios
Lamentablemente, Philip K. Dick ha muerto me pareció buenísima, así que esta va a la wish-list de cabeza. Gracias por la pista.
Y perdón por las negritas…
De nada, espero que te guste.
Aprovechando la oferta de suscripción 2012 del Grupo AJEC me acabo de comprar este libro, Rebaño Ciego de John Brunner y Diáspora de Greg Egan. Otro pequeño momento maravilloso, ¡jojojojojo!
Yo lo aproveché el año pasado, éste voy a pasar porue ya tengo casi todos los que me interesan y tengo que ahorrar 🙂