Desde hace tiempo hay una polémica sobre la autoría de las obras de Shakespeare. Tenemos hasta una entrada en la wikipedia: Autoría de las obras de Shakespeare. Se han escrito miles de libros, la cosa ha llegado hasta los juzgados y son legión las personas que ponen en duda que fuera el bardo el autor de clásicos como Romeo y Julieta. Se han propuesto candidatos como Francis Bacon, Marlowe o Edward de Vere. Aunque la mayor parte de la crítica ignora estas disputas, no han dejado de alimentar la imaginación de lectores de todo el mundo.

Por eso la noticia publicada ayer en el prestigioso Shakespeare Quarterly ha dejado a expertos de todo el mundo con la boca abierta. Tras descubrir una serie de manuscritos que se sospechaba podrían ser de Shakespeare, y después de autenticarlos y descifrar el contenido -borrado parcialmente por el paso del tiempo- se ha descubierto que estas teorías tienen parte de razón. Aunque no como generalmente lo entendemos, sino completamente al revés.

Parte de esos manuscritos son una especie de anotaciones de pagos por determinados trabajos digamos ‘alimenticios’ que Shakespeare tuvo que hacer cuando le iban mal dadas. Por lo visto no solo escribió sus obras, sino que además escribió buena parte de la Nueva atlántida de Bacon (15 guineas por revisar 4 capítulos y escribir 2 nuevos según indicación), la estructura básica y desarrollo de personajes de El judío de Malta (9 guineas por el argumento, personajes, escena central y acotaciones) y todos los poemas y obras de teatro atribuidos a Edward de Vere (aproximadamente 7 guineas por poema y 74 por obra de teatro). De este último es del que se ha encontrado mayor documentación, por lo visto era un inútil escribiendo pero Shakespeare trabajo como escritor en la sombra ganando buen dinerito.

El ensayo es exhaustivo y despeja por fin las dudas sobre este tema tan espinoso que ha dado tanto que hablar. Los que confiábamos en su talento estamos de enhorabuena.